Jaques a los 90 años
Francesc Garriga se convierte en uno de los jugadores más longevos de la historia
El ajedrez fue siempre su pasión, pero ahora lo define como "una terapia". Francesc Garriga, a punto de cumplir 90 inviernos con buena salud, perdió a su esposa en 1997 y a su hijo el año pasado. Desde entonces, bucea cada día en el mar de los escaques, y sigue compitiendo: acaba de disputar el Campeonato de España de veteranos.
"Sobre todo, me gustan los finales [posiciones con pocas piezas]. Son la parte más artística del ajedrez, y puedo pasarme horas analizando alguno. También mes gustan mucho los libros, en general. Tengo más de 3.000; de ellos, casi un centenar son de ajedrez, y uno está dedicado por Ramón Rey Ardid", dice Garriga desde su casa en Manresa (Barcelona). Nunca disputa partidas rápidas, y rara vez se enfrenta con máquinas: "Me preocupa el progreso de las computadoras porque, si continúa, pueden terminar con el ajedrez. Su estilo de juego es demasiado mecánico, no me gusta nada".
Nacido el 12 de enero de 1912, trabajó durante muchos años como técnico de radio y televisión para la empresa Indra, y fue un deportista muy activo en su juventud: "Jugué al fútbol en el Barcelona, en la temporada 1933-1934. Y soy el socio número uno del TDK Manresa de baloncesto. Empecé a jugar al ajedrez después de la guerra civil, a raíz de un accidente que me causó problemas en la vista".
El deporte mental le ha dado muchas alegrías: "La mayor, mi victoria sobre Antonio Medina [nacido en 1919, aún en activo, muchas veces campeón de España], hace unos 30 años, cuando yo defendía el primer tablero del Manresa en el Campeonato de Cataluña por equipos. También le gané a Arturo Pomar [quien acaba de cumplir 70 años] en una exhibición de simultáneas que él dio cuando era un famoso niño prodigio". Asimismo, se enfrentó al legendario cubano José Raúl Capablanca [1888-1942]: "Fue en los años cincuenta, en Manresa, durante una sesión de simultáneas. Por supuesto, me ganó. Es mi gran ídolo. Tengo todos sus libros. También admiro a otros tres campeones del mundo, Mijaíl Botvínik [1911-1995], Bobby Fischer [nacido en 1943] y Gari Kaspárov [1963], que destacan por su combatividad. Disfruto mucho menos con las partidas de Anatoli Kárpov [1951] -aunque es aficionado a la filatelia, como yo- porque hace tablas rápidas demasiadas veces. Tengo un recuerdo muy grato de una cena con el argentino Miguel Najdorf [1910-1997], un hombre de extraordinaria simpatía, además de un gran jugador".
A Garriga no le basta con sus análisis de finales en casa, ni con las partidas amistosas en el Club Manresa y en el Hogar del Jubilado. Así que se inscribió en el Campeonato de España de veteranos (mayores de 60 años), recientemente disputado en Lloret de Mar (Gerona), donde fue, por supuesto, el participante de más de edad. Y no lo hizo mal: cuatro victorias, un empate y derrotas; 34º sobre 110 participantes. El campeón fue Rossen Planas, de Baleares.
A juzgar por su buena salud, todo indica que este manresano se unirá pronto a la muy exigua lista de ajedrecistas nonagenarios en activo. En la historia sólo hay constancia de cuatro, y existen dudas sobre dos o tres más. El más famoso es el alemán Edward Lasker (1885-1981), quien disputó su último torneo en 1980. Del británico Joseph Blake se sabe que era el campeón de Kingston, en el condado de Surrey, a los 90 años. Su compatriota George Peck fue aún más longevo como competidor: campeón de la ciudad de Rugby en 1965, a los 97 años.
Pero el caso conocido más espectacular es el del estadounidense Jared B. Moore: en mayo de 1991, a los 98 años, todavía disputaba 30 partidas por correspondencia a la vez. Y no sólo eso: dirigía una orquesta, tocaba el oboe y traducía libros al sistema Braille. Hasta ahora, no hay constancia de ningún jugador de torneos centenario, pero Garriga aspira a ser el primero.
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