'Los gobiernos y el comercio quieren controlar el ciberespacio'
El estadounidense Lawrence Lessig denuncia en su libro El código y otras leyes del ciberespacio las maniobras de quienes quieren controlar nuestras libertades en la red.
El ciberespacio está abriendo cada vez más ventanas a los hogares de todo el mundo a través de Internet. Lo que hace poco se podía contemplar como el ajeno mundo de la tecnología nos está involucrando en sus redes. Pero mientras nos asomamos también somos observados. Las libertades individuales y el derecho a la intimidad, así como otras formas de comportamiento, corren serios peligros de ser manipulados o controlados, sin que normalmente seamos conscientes de ello. Lawrence Lessig, profesor de Derecho en la Universidad de Harvard, ha observado en su libro El código y otras leyes del ciberespacio cómo la red, que en un principio se fue desarrollando como un espacio con leyes distintas a las del mundo 'real', es el territorio de lucha de los grandes poderes, donde el individuo, una vez más, puede tener las de perder.
PREGUNTA. Mucha gente piensa todavía que la palabra ciberespacio está ligada a la ciencia-ficción. ¿Piensa usted que el ciberespacio es una especie de 'realidad paralela' en la que se está desarrollando parte importante de la vida de nuestra sociedad actual?
RESPUESTA. El ciberespacio existe, no creo que sea un universo paralelo porque está afectando realmente a la vida de hoy. Es una parte real de nuestro mundo que va a involucrarnos cada vez más en los próximos años.
P. ¿Deberíamos ser más conscientes de ello?
R. Desde luego. El ciberespacio está cambiando buena parte de nuestra vida y hay que darse cuenta también de la forma en que está afectando a nuestras libertades y la capacidad de la gente de interactuar libremente. El ciberespacio nos modifica y está cambiando también la actitud de los gobiernos frente a las libertades.
P. En su libro, usted afirma que los gobiernos y las grandes empresas están imponiendo sus reglas en ese espacio.
R. Tanto los gobiernos como las empresas están deseando alterar el ciberespacio de manera que se les haga más fácil regular o alcanzar sus objetivos comerciales. Uno de los principales puntos de mi libro es que la gente se dé cuenta de que no hay algo así como un 'ciberespacio natural'. Es producto de la tecnología, y la tecnología evoluciona. El ciberespacio protege los cambios y permite que los gobiernos y el comercio impongan sus condiciones.
P. Hasta ahora se pensaba que el ciberespacio era un territorio horizontal donde grandes y pequeñas empresas o iniciativas estaban a la par que las grandes. ¿Eso está cambiando?
R. Eso está cambiando y también la forma en que las leyes afectan a los individuos. Originalmente, el ciberespacio dificultaba el que los individuos fueran regulados por los gobiernos o las formas de control de los derechos de autor. La tesis principal de mi libro es que la mano invisible del ciberespacio está construyendo una arquitectura diametralmente opuesta a lo que el ciberespacio era en su origen, y que perfecciona el control.
P. ¿El concepto de derecho de autor va a ser uno de los que mayores cambios va a sufrir con las leyes del ciberespacio?
R. Creo que uno de los problemas es que el ciberespacio va a hacer más fácil proteger los intereses del copyright. Mientras esto sucede, el copyright se ha convertido en una herramienta para controlar la forma en que ocurre la innovación en este espacio. Eso es peligroso, porque por lo general los intereses del copyright han sido creados para que las industrias dominantes puedan proteger su modo de producción y mantener el control de la distribución. El problema con eso es que el ciberespacio prometía la oportunidad para algo muy distinto. De momento estamos permitiendo que estos otros intereses controlen el desarrollo del ciberespacio. Estamos perdiendo la oportunidad de que el ciberespacio nos permita algo distinto para la producción y control del comercio.
P. El sistema del copyright dejaba al autor sólo un pequeño margen de ganancia frente al productor y el distribuidor, y parece que ese modelo de negocio se ve amenazado.
R. Eso va a dejar de ser así. El verdadero peligro es que la industria de contenidos, especialmente en Estados Unidos, va a usar su poder para protegerse de manera que mine la posibilidad para el intercambio libre para mucha gente de otros países que quiera aprovechar la oportunidad que la creatividad en el ciberespacio podría crear.
P. ¿Estamos siendo espiados en la red?
R. La tecnología en la red hace ahora más fácil que se monitorice qué haces, qué páginas visitas y buena parte de tus hábitos. Eso es una forma de espionaje. Es control, desde luego.
P. ¿Lo del Gran Hermano de Orwell se puede usar todavía como ejemplo, o está desfasado?
R. Yo diría que es el Pequeño Hermano, más que el Gran Hermano. El control está siendo ejercido por entidades comerciales para seguir los comportamientos de los usuarios.
P. ¿Quién debe tener el control?
R. Los gobiernos deberían ayudar a los individuos a tener mejor control de sus asuntos. Creo que la privacidad de los ciudadanos es algo valioso que los gobiernos deberían ayudar a proteger.
P. ¿Cree usted que estos temas deberían ser de interés más general y no sólo para especialistas?
R. Sí, una de las razones por las que escribí este libro fue para que la gente entienda un poco mejor lo que la tecnología está haciendo en nuestra sociedad y que no se deje controlar.
P. ¿Qué piensa del movimiento por el software libre que propugna un software sin patente?
R Creo que es un movimiento importantísimo para equilibrar el poder de los gobiernos y el comercio, que quieren tener el control prioritario sobre la tecnología y cómo la gente se comporta en el ciberespacio. Es algo que debería ser apoyado, sobre todo por gobiernos extranjeros, para crear un equilibrio en la arquitectura del ciberespacio.
P. ¿Los ve como unos pequeños luchadores por la libertad?
R. Sí, lo son, pero más importante que eso es que esta gente repartida por todo el mundo está creando una fuente que otras personas pueden utilizar libremente. Es una labor muy importante para la cultura.
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