El Barça asfixia al Joventut

El Joventut lo tuvo todo de su parte y perdió. El Barça estuvo fuera de onda mucho rato y ganó. El Joventut no acertó a administrar los 17 puntos de ventaja que tuvo entrado ya el tercer cuarto (29-46). El Barça se sobrepuso con un golpe de riñones una vez comprobada su aciaga tarde y que de ninguna otra manera podía superar el trance.

Es preferible recurrir al tópico y achacar lo visto ayer en el Palau Blaugrana a esos nervios y falta de acoplamiento que, ya se sabe, acontecen en la jornada inaugural. Pero el juego desplegado fue desconcertante, el barullo constante, la escasa salvaguarda del balón sorprendente y los niveles de acierto en los lanzamiento rozaron el ridículo. Entre los dos equipos se repartieron 39 pérdidas de posesión y, si el Barça a duras penas llegó al 38% de acierto en tiros de dos y al 33% en triples, en el Joventut habrá llanto y crujir de dientes cuando se haga examen de conciencia: sólo acertó uno de sus 11 lanzamientos triples (9%) y sumó 11 errores en 28 tiros libres (61%).

Lo bueno del baloncesto es que, pese a tanto dislate, la igualdad, las alternativas y el trepidante ritmo defensivo depararon un espectáculo emocionante y entretenido.

El Joventut explotó a fondo la comentadísima pérdida de centímetros del Barça, sin Gasol ni Savic y con Dueñas lesionado. Y se defendió a base de bien, haciendo suya una de las virtudes que caracterizan al Barça.

Manel Comas se soltó el pelo con un quinteto inicial con el base francés Dumas, de lo más tierno el año pasado; con dos júniors de oro, Dramec y Bueno, hasta ahora muy lejos de Gasol, Raúl López y compañía. Pero se convirtieron en el complemento ideal para Beard y luego también Maceo Baston, que promete grandes cosas, y Mumbrú.

El Barça quedó congelado por momentos. Navarro, al que Aíto le está dando minutos como base, no encontró canasta y a Okulaja y Rentzias les costó frenar a los pívots del Joventut. Pero el Barça, con De la Fuente como protagonista, recurrió a una presión asfixiante sobre los bases del Joventut, que perdió el hilo y concedió tres triples consecutivos. Las diferencias se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos y, una vez hecho lo más difícil, el Barça manejó con maestría el final de un partido en el que el Joventut perdió una grandísima ocasión.