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'La línea avanza de noche y a toda prisa porque saben que cometen un acto ilegal'

No es un exaltado, ni un agitador, ni un intransigente, aunque las circunstancias le han convertido en una especie de líder de la lucha contra los poderosos. Los cordones policiales de los Mossos d'Esquadra han completado la imagen de Llagostera como la pequeña aldea gala tomada por las legiones romanas. Pero Lluís Postigo, de 35 años, hijo de emigrantes andaluces y licenciado en Derecho, tiene bien poco de Asterix. Su poción mágica está condimentada por medidas dosis de prudencia, paciencia y rebeldía. Pero la mayoría de su fuerza proviene del pueblo. Los habitantes de Llagostera no tienen duda de que su alcalde habla y lucha en su nombre.

Pregunta. ¿Cómo valora que se haya decidido acabar la línea eléctrica de Les Gavarres por decreto?

Respuesta. Saben que están en falso, saben que están actuando de una manera absolutamente ilegal, por eso trabajan incluso de noche y a toda prisa. Es la política de los hechos consumados. Acabar como sea. El juzgado decidirá, pero ellos ya tendrán la línea conectada. Las reglas del juego en un Estado democrático sirven para todo el mundo: para el ciudadano de a pie, para el Ayuntamiento y para la Generalitat, y en este caso ha sido escandaloso porque se lo han pasado por el forro.

P. ¿Están agotando los últimos cartuchos?

R. Son momentos de tensión, pero la esperanza no está perdida, ni mucho menos. Creemos que la razón nos asiste. En caso de que el TSJC decida dictar alguna medida cautelar, con el fin de semana de por medio, lo más seguro es que nos llegue el lunes o el martes y puede que entonces la línea esté terminada.

P. ¿No es sorprendente que ustedes esgriman una sentencia que les permite derribar las torres pero ningún juez ordene la paralización de las obras?

R. Sin duda. Además, la última resolución judicial al respecto nos dice que si nosostros interpretamos que del decreto de imposición de la Generalitat no se deduce la posibilidad de empezar las obras, tenemos perfecto derecho a ordenar el derribo. Y eso es precisamente lo que intentamos hacer el jueves por la tarde. Sin ningún resultado, evidentemente.

P. ¿Los actos lúdicos de este fin de semana pretenden convertir la derrota en una fiesta?

R. No. Queremos quitarnos la imagen de tozudos y radicales que nos han endosado ciertos cargos de la Generalitat. Hacer notar que el despliegue policial es exagerado. No queremos enfrentamiento. Nuestra fuerza viene de los argumentos, la lógica, la coherencia...

P. ¿Por qué han renunciado a presentar una denuncia penal?

R. Por la misma prudencia que hemos tenido siempre. Y porque el juez no nos garantizaba que la denuncia pudiera comportar la inmediata paralización de las obras. Lo que queremos es parar la línea. Por eso no hemos pedido la dimisión de nadie y tampoco queremos que encarcelen a nadie, por ahora...

P. Albert Mitjà, director general de Industria, dice que su despacho está abierto para restablecer la vía del diálogo.

R. Muy gracioso. Y mientras hablemos, la línea seguirá avanzando. Quizá hemos sido muy inocentes cuando nos pusimos a negociar sin ejecutar la orden de derribo. Si fuera ahora, le aseguro que la ejecutaríamos. Nos han demostrado que sólo podemos entendernos de malas maneras. No han tenido ninguna voluntad de negociar. Vistas las cosas con perspectiva, queda claro que se nos quería engatusar. Si no fuera así, el acuerdo del Consell Executiu habría ordenado a Fecsa-Endesa empezar a construir la línea alternativa que ya habían aceptado. Ahora parece evidente que lo tenían muy claro desde el principio. El papel de mediador de la Generalitat ha sido una farsa. Y después de imponer la línea que quería Fecsa han dicho muchas mentiras sobre nosotros para justificar una medida tan impopular.

P. ¿Algunos les miran como un símbolo?

R. Quizás estamos siendo un poco un referente. Pero nuestro mérito se limita a gritar que tenemos razón. Ante quien sea. Ante el presidente de la Generaliat si hace falta. Nosotros estamos seguros de lo que hacemos. Las caras de duda de los policías y los empleados de Fecsa cuando ayer les pedimos que pararan las obras demuestran que ellos no lo están en absoluto.

P. ¿Piensa que el conflicto de Les Gavarres y el del Ebro demuestran la decadencia del Gobierno de Jordi Pujol?

R. Advierto de que mi intención no es desgastar al Gobierno. A título personal pienso que sí. Ciertas imposiciones parecen las convulsiones de un moribundo. Han perdido el norte.

P. En toda la historia de la línea, ¿algún vecino del pueblo le ha dicho que comete un error al no transigir?

R. Ni uno.

Lluís Postigo, alcalde de Llagostera.
Lluís Postigo, alcalde de Llagostera.PERE DURAN

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