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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sobrevivir a sí mismo

Carlos Pazos recurre a metáforas sobre las experiencias de su infancia en la serie que titula 10 imágenes de mártires y pecadores. Sus composiciones, que ahora incorporan la fotografía, mantienen la mirada perversa e irónica que caracteriza a este artista.

Una de las claves de la fuerza del trabajo de Carlos Pazos (Barcelona, 1949) se encuentra en su capacidad de sobrevivir a sí mismo. Sus piezas actuales tienen de entrada el halo de los pazos de toda la vida, pero frente a la evidencia plástica y discursiva que inequívocamente nos sitúa delante de una obra suya, hay ciertas maniobras artísticas que ponen de manifiesto que el discurso de Pazos, sin abandonar su propia fidelidad, tiene la capacidad de sincronía.

Por ejemplo, Pazos utiliza la fotografía de manera muy actual, convirtiéndola en un soporte de soportes. La serie ha sido realizada junto al fotógrafo Luis Ros con el que ha creado el dúo artístico Mic y Mau (clara referencia apocopada de su querido Micky Mouse). La serie denominada 10 imágenes de mártires y pecadores alude a las vidas de santos que en su etapa escolar y se presenta en un espacio en el que se incluyen grandes pupitres que sirven de contenedores a todo un universo de cuadernos escolares donde las referencias cándidas son subvertidas por la corrosiva impronta visual de Pazos. En estas referencias se comprueba cómo el creador maneja perfectamente las dosis de perversidad que lleva implícita la niñez.

De la serie inacabados, Batman mariposeando traspasa los límites del chiste fácil sobre la ambigüedad sexual del superhéroe. Pazos va más allá de lo que representa el soporte, el contenido y la propia obra estableciendo un juego de relaciones que hace que su obra no sea un mero ensamblaje de objetos encontrados más o menos sugerentes. En esta pieza, Pazos coloca al Hombre Murciélago en una caja de coleccionismo de insectos. A su vez, estos elementos se sitúan en una vitrina rota, cuyos cristales se encuentran esparcidos en el piso de la galería. Como una señal de alerta, el artista nos avisa que más allá de la evidencia, su propia obra está llena de claves cifradas. Entre las obras inéditas encontramos diversos collages que ponen en evidencia que el mundo de Pazos se retroalimenta de la propia vivencia del artista y que sólo la sintonía de su propio presente en conexión con toda su trayectoria es lo que hace que su trabajo permanezca vigente.

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