La galería Juan Manuel Lumbreras muestra las técnicas de Lucio Muñoz
La exposición se centra en sus pinturas de gran formato sobre tabla
Más de tres décadas del trabajo del pintor madrileño Lucio Muñoz (1930-1998), uno de los más notables informalistas españoles, quedan plasmadas en la exposición que hoy se inaugura en la galería Juan Manuel Lumbreras (Henao, 3), de Bilbao. Una colección de obras sobre tabla domina una muestra, que abarca también otras técnicas utilizadas por el artista, como grabados, collages y otras realizadas sobre papel. La tabla más antigua de la exposición fue realizada en 1963, la época en la que realizó el retablo de Aranzazu.
La galería bilbaína, que abre la temporada con la exposición de Lucio Muñoz, ha pretendido llegar a las distintas facetas del trabajo del artista, que encontró el mejor campo de expresión en los grandes murales y en su personal paleta de negros profundos y tierras pardas.
El núcleo central de la muestra lo forman 17 obras sobre tabla, tan características de este representante de la corriente informalista, que están datadas entre 1963 y 1996, apenas dos años antes de su fallecimiento víctima de un cáncer de pulmón.
La visión del trabajo de Muñoz que ofrecen las pinturas sobre tabla, la mayor parte de gran formato, se completa con una pequeña selección de obras realizadas con técnicas mixtas y collages, todos ellos realizados a lo largo de los años 90. Los grabados, una forma de expresión que utilizó en las diferentes etapas de su carrera, cierran la exposición.
Muñoz fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Además de la formación artística, allí encontró la amistad de otros destacados nombres del realismo madrileño. Con artistas como Antonio López, Julio López Hernández, Joaquín Ramo y Enrique Gran, entre otros creadores, mantuvo una estrecha relación durante toda su vida.
Viaje a París
Muñoz dejo atrás la figuración tras un viaje a París en 1956, costeado con una beca del Gobierno francés que le permitió conocer la obra de Dubuffet y Tàpies. Sin perder un punto de partida figurativo, en el paisaje o la figura humana, el artista se adentro en la abstracción.
La crítica siempre ha destacado su trabajo, desarrollado en paralelo a otras importantes figuras del arte español de la segunda mitad del siglo XX, como los integrantes del grupo El Paso. Lucio Muñoz, sin embargo, nunca llegó a unirse a los presupuestos estéticos de artistas como Saura, Canogar, Rivera o Millares.
Las inquietudes de Lucio Muñoz no se limitaron a las artes plásticas. La literatura y, en especial, la música fueron otras de sus grandes pasiones, siempre en contacto con los compositores de su generación. La mutua admiraciòn llevó a Carmelo Bernaola a componer los años sesenta una pieza inspirada en su pintura.
La exposición de Lucio Muñoz permanecerá abierta al público hasta el 20 de octubre.
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