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Las intransigencia de Iberdrola encarece en 8.000 millones el trasvase del Júcar

Aguas del Júcar dilata los plazos para adjudicar las obras por un total de 33.200 millones

El primer tramo de las obras previstas para ejecutar el trasvase entre el Júcar y el Vinalopó que debe elevar el agua embalsada en el pantano de Cortes hasta una balsa en la Muela de Cortes coincide exactamente con una infraestructura que es propiedad de Iberdrola. La Administración entabló en su día conversaciones con la compañía eléctrica para compartir las tuberías que discurren por la ladera desde el embalse hasta la Muela, pero las exigencias económicas que planteó Iberdrola para ceder el uso de la instalación eran tan elevadas que forzaron la convocatoria de un concurso millonario para adjudicar una conducción paralela hasta un segundo embalse de nueva construcción.

La Consejería de Obras Públicas se enfrentó sin reservas a las dudas planteadas por diversos grupos ecologistas y la oposición política en las Cortes Valencianas respecto a la necesidad de invertir en torno a 25.000 millones de pesetas para conducir aguas desde el Júcar hasta el Vinalopó. Pero, una vez desbordada la oposición política tropezó con un segundo incoveniente que elevó los costes del proyecto en un 30%. El concurso público convocado por Aguas del Júcar, SA, una sociedad instrumental adscrita al Ministerio de Medio Ambiente, prevé una inversión de 33.200 millones de pesetas.

El primer tramo del trasvase coincide casi milimétricamente con las infraestructuras que Iberdrola explota para elevar aguas desde el embalse de Cortes hasta una balsa situada en lo alto de la Muela de Cortes. La compañía eléctrica aprovecha la energía generada en la central de Cofrentes, que produce de forma continua a lo largo de todo el año, para impulsar el agua desde el embalse hasta la balsa en momentos en que la demanda de los usuarios no cubre la oferta, habitualmente durante la noche. El agua embalsada se libera cuando el consumo se dispara para producir la energía suficiente para cubrir la demanda.

La Administración intentó llegar a un acuerdo con Iberdrola para compartir la instalación. La extracción de aguas del Júcar para dotar los 80 hectómetros cúbicos al año que está previsto trasladar al Vinalopó sólo puede activarse en determinados periodos del año, cuando hay agua disponible. Técnicos implicados en las ofertas sometidas a concurso aseguran que es viable compartir las conducciones propiedad de Iberdrola sin merma para el aprovechamiento energético de la compañía eléctrica.

Pero el canon que exigía la compañía eléctrica era tan elevado que la Administración optó por convocar un concurso para construir una conducción paralela y una nueva balsa. Ni Iberdrola ni fuentes de la Generalitat han querido ofrecer datos concretos sobre las exigencias económicas de Iberdrola, pero una alta fuente de Obras Públicas confirma que el concurso público se convocó para doblegar la posición de la compañía eléctrica, pero sin mayor éxito.

Aguas del Júcar convocó el concurso correspondiente para la ejecución del trasvase en varios tramos el pasado mes de junio y tenía previsto adjudicar las obras este mes de septiembre. Esta misma semana, un alto cargo del Ministerio de Medio Ambiente declaró en Alicante que la adjudicación será inminente, pero lo cierto es que Aguas del Júcar ha dilatado los plazos de adjudicación de las obras. Un portavoz oficial de la sociedad instrumental atribuye el retraso a la complejidad técnica de las diversas ofertas.

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Otras fuentes confirman que los problemas se concentran precisamente en el primer tramo, el más caro. Los técnicos de Aguas del Júcar recibieron varias ofertas muy similares para construir una conducción paralela a la de Iberdrola. El coste de las obras se dispara porque no es fácil operar en la ladera y porque está previsto que las tuberías sean semienterradas para reducir el impacto visual de la conducción.

Pero una de las empresas que optan al concurso presentó un proyecto que reduce prácticamente a la mitad el coste de la obra. La propuesta consiste en excavar un túnel en horizontal a ras del embalse hasta un determinado punto y, a continuación, perforar desde el lugar donde se ubicaría la balsa.

El proyecto reviste ciertos problemas técnicos, según coinciden en señalar dos expertos, debido al ángulo que debe superar el agua bombeada. Pero, sobre todo, pone en cuestión los intereses que mueven al resto de concursantes, que se apresuraron a denunciar una baja temeraria.

La inversión correrá a cargo de Aguas del Júcar y los usuarios del agua trasvasada.Ambos aportarán 12.500 millones. Los 8.000 millones restantes, el coste añadido del primer tramo, se atribuyen a 'otros'.

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