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Reportaje:

Una hormiga frente a un gigante

Uzbekistán, con 2.000 licencias y 500 pistas, se mide a España en la Davis

Ramzes Chanishev, un hombre de cabello blanco que supera los 50 años y va vestido con un chándal, repite cada letra de su nombre para que se escriba sin errores. Es el presidente de la Federación de Tenis de Uzbekistán y se encuentra en Albacete abriendo la expedición del equipo de Copa Davis que pretende, por primera vez en su historia, entrar este fin de semana en el Grupo Mundial. Uzbekistán, una república fundada en 1991 tras el desmantelamiento de la URSS, acude a España buscando un milagro que es difícil que se produzca. Ha fracasado las únicas tres veces en que ha disputado la fase de ascenso/permanencia: frente a Australia (1998), ante Chequia (1999), y contra Holanda (2000). Y lo más probable es que vuelva a tropezar en la misma piedra.

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España consigue la permanencia en el Grupo Mundial

La distancia que separa a los dos países es enorme en todos los aspectos y también en el tenístico. Cuando hoy (13.00, La 2) Oleg Ogorodov y Juan Carlos Ferrero abran la eliminatoria y después se enfrenten Àlex Corretja y Vadim Kutsenko todas las diferencias deben quedar al descubierto. En las tres eliminatorias de ascenso al Grupo Mundial que llevan disputadas, los uzbekos han ganado sólo un partido (frente a Holanda cuando ya todo estaba decidido) y ninguna manga en partidos decisivos. Y no es extraño. Kutsenko, su mejor jugador, es el 199º de la clasificación mundial, y Ogorodov, su segundo hombre, es el 207º. O sea, que cuando aparece el nombre de Kutsenko ya se han leído los de 24 jugadores españoles, tres de los cuales están entre los 20 mejores. Ningún jugador uzbeko ha ganado nunca un torneo del circuito ATP, y sólo uno (Ogorov) ha jugado en el Grand Slam, sin haber conseguido una victoria. Curiosamente, la situación es menos dramática en el contexto femenino, puesto que Iroda Tulyaganova ha ganado los torneos de Tashkent (2000), Knokke y Viena (2001) y ocupa el 25º lugar en la WTA. Es la única entre las 100 mejores.

'Islam Karimov, presidente de la República, ha apostado por el tenis y eso nos ha permitido un rápido desarrollo', prosigue Chanishev. 'En Tashkent tenemos unas 300 pistas de tenis y unos 25 clubes. Y en la federación contamos con patrocinadores (entre otros la compañía aérea y la compañía de gas), que nos permiten invertir en instalaciones'.

El presente nos dice que Uzbekistán, un país que ronda los 25 millones de habitantes, tiene unos 13.000 practicantes, de los que sólo 2.000 están federados. España tiene 100.000. Al margen de las 300 pistas y los 25 clubes ubicados en Tashkent, en el resto del país sólo hay otras 200 pistas (la mayoría duras) y 10 clubes más. Sin embargo, en la capital se disputan dos torneos de gran nivel, pertenecientes a los circuitos ATP y WTA. 'Nos aportan dinero. Pero nos preocupa más el futuro', insiste Chanishev.

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