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Eduardo Arroyo ilustra el libro de de la temporada de ópera del Liceo

El pintor Eduardo Arroyo (Madrid, 1937), uno de los artistas plásticos más destacados de la segunda mitad del siglo XX, es este año el autor de las ilustraciones del libro que publica la asociación Amics del Liceu sobre todas las óperas que esta temporada presentará el coliseo lírico barcelonés. Arroyo, que además de pintor ha trabajado frecuentemente como escenógrafo y figurinista en montajes operísticos y teatrales, ha creado un total de 67 ilustraciones en técnica mixta sobre papel que se exhiben hasta el próximo 16 de octubre en la galería Trama de Barcelona.

Arroyo aseguró ayer en la presentación de la exposición y el libro, del que se han editado 5.500 ejemplares, que este encargo le ha permitido volver de nuevo a la ópera. 'Yo no me considero un hombre musical. Soy un pintor muy interesado en la literatura que apenas escucha música, pero además de la pintura me interesa trabajar en otras disciplinas'. El artista madrileño calificó su relación con el mundo de la ópera y el teatro de 'outsider'. 'Los encargos de este tipo me sirven para salir del cuadro, pero siempre vuelvo a él', dijo. Contrario al mundo de la especialización, el pintor invita a los especialistas a dejar de serlo y convertirse 'en grandes aficionados'.

Relación con Mortier

Eduardo Arroyo ha recibido el encargo de realizar los decorados y el vestuario de una nueva producción operística dirigida escénicamente por Klaus Michael Grüber con la que en septiembre del año próximo se inaugurará la Trienal del Ruhr (Alemania), el nuevo festival multidisciplinar que dirigirá Gérard Mortier, ex director del Festival de Salzburgo. Fue precisamente Arroyo quien firmó en 1992 los decorados de Desde la casa de los muertos, de Janácek, la primera ópera de la era Mortier en Salzburgo. 'En ópera sólo trabajo con Grüber. He recibido muchas ofertas y muy interesantes para realizar escenografías con otros directores, pero creo que no podría trabajar con nadie más que no fuera él. Grüber siempre trabaja con artistas y no con escenógrafos profesionales y su relación me resulta muy estimulante'.

El pintor, que ayer explicó que también tiene una propuesta todavía no cerrada para realizar la escenografía de un Boris Godunov, de nuevo para la trienal del Ruhr en 2003, define su relación con la ópera como 'complicada, difícil y angustiosa', pero asegura que es un género que le interesa mucho. 'Es un mundo mágico, con obras de extravagantes argumentos, que genera gran expectación, crea interés y provoca polémica, y todo eso consigue atraparme'.

Para crear las 67 ilustraciones del libro, entre las que se encuentran los retratos de los compositores de las óperas programadas esta temporada por el Liceo, Arroyo explica que se ha inspirado en el ambiente histórico y la estética de la época en la que transcurren las historias de los argumentos.

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