Manu Chao y el 'buen rollito', en Fuenlabrada

Fiel a su fama de hacer lo que le da la gana, el cantante y compositor Manu Chao la armó anoche con su Radio Bemba Sound System en las fiestas de Fuenlabrada, en cuyo pabellón deportivo Fernando Martín consiguió juntar a 7.000 jóvenes ávidos de juerga mestiza. El Ayuntamiento había puesto una enorme pantalla de vídeo a unos metros del local, por si acaso el aforo era excesivo. Al final, pocos espectadores se sentaron ante esa pantalla. En cambio, el pabellón estaba a estallar. Algunos habían guardado cola desde las cuatro de la tarde, hora escogida por el artista para ofrecer una rueda de prensa.

Entre el público había gran despliegue de camisetas de todos los colores, aunque la alta temperatura promovió una aún más generosa exhibición de carne en el interior del local.

A las 21.30 iniciaban la fiesta King Putreak, el grupo de dos periodistas: Kike Babas y Kike Turrón. La banda caldeaba un poco más el ambiente, que a esas horas despedía un intenso olor a porro. No obstante, el hachís no era nada comparado con las baterías cargadas para la fiesta que tenía el respetable y que produjeron una explosión de júbilo a las 22.45, cuando el menudo Chao apareció en escena. El jolgorio estalló entonces como la traca final de las Fallas, a los acordes de un popurrí de temas de Chao. Éste se había ganado el favor de un público entregado de antemano y que ofrecía palmas, banderas con la hoja de marihuana y la efigie de Bob Marley a cambio de la música del hispano-francés.

Era difícil distinguir una canción de otra, porque Chao las usa todas como pretexto de su primer objetivo: crear una fiesta de alegría, buenas intenciones políticas -de las progresistas, se entiende- y hachís. Y así dos horas, en las que no hubo que destacar incidente alguno más que las lipotimias de rigor. Una vez más, Manu Chao se ganó el título de Camarada buen rollito.