El portero Franco evita la victoria del Alavés en Palma de Mallorca

Al Mallorca le faltó el Caño Ibagaza, lesionado, y su juego lo notó. El argentino era el punto de referencia para Luque y Eto'o, el principal abastecedor de balones, y sin él se vio un fútbol plano, absolutamente previsible. Leo Franco, otra vez futbolista comunitario una vez solventados los problemas con su pasaporte italiano, volvió a salvar a su equipo en momentos clave. El Mallorca ha descubierto en este portero a una auténtica mina de oro. Ha iniciado la Liga de forma sensacional, en una carrera meteórica en la que ha sentado en el banquillo, de forma consecutiva, a dos glorias del fútbol argentino como el Lechuga Roa y el Mono Burgos. Y él ni siquiera se inmuta. En la otra portería Kike Burgos también quiso demostrar que domina el puesto y además de ganar todos sus mano a mano con Luque, se convirtió en la gran figura.

El Alavés leyó bien el partido desde el principio, al menos, hasta la absurda expulsión de Pablo Gómez (m. 55), que vio la tarjeta roja directa por insultar a uno de los ayudantes de Ramírez Domínguez. Ahogó a su rival con una presión asfixiante y fue abriendo paso a su contragolpe. La única duda la tuvo en el primer minuto de juego, cuando Eto'o se plantó solo ante Kike Burgos. El camerunés erró y a partir de ahí el Mallorca no se volvió a asomar con peligro a la meta vitoriana hasta mucho después. Luego, tras la expulsión, siguió batallando igual

Magno y Rubén Navarro trabajaron a destajo en los metros finales intentando erosionar la zona controlada por Nadal. Pero el defensa mallorquín está que se sale y por ahí es difícil pasar. Es curioso comprobar que el rendimiento que le están dando al Mallorca sus ilustres veteranos. Nadal, Soler y Engonga han superado ampliamente la treintena, pero no se nota en el campo. Soler, precisamente, se situó por la banda izquierda, en el sitio de Ibagaza, mientras que Engonga volvió a dirigir a su equipo desde el centro del campo. En el lateral izquierdo debutó el argentino con pasaporte italiano Cristán Díaz, que no desentonó. Krauss tiene plantilla para afrontar las exigencias de un calendario muy recargado, pero su gran problema, ahora, es encontrar el sustituto del Caño Ibagaza. Sin el argentino, el Mallorca pierde fuelle.