Manu Chao canaliza su 'sentimiento de rabia' a través de la música
El cantante actuó anoche en Burjassot
Lo ha repetido en numerosas ocasiones. Que no, que no es un líder de la antiglobalización. Que como lo va a ser si trabaja ahora con una 'multinacional'. Pero Manu Chao representa muchas cosas, y ayer, en Burjassot, habló de lo que se espera que hable, sobre todo porque el tenor de las preguntas era más político que artístico. En cuanto a la música, dijo que es su forma de canalizar el 'sentimiento de rabia' que provoca este mundo que va hacia 'el suicidio colectivo'.
'Este mundo es una olla a presión' y la 'única posibilidad es tener esperanza', añadió el cantante parisino, hijo de un gallego y de una vasca. Chao afirmó que lo 'más difícil es canalizar esa rabia que genera la injusticia de manera positiva'.
Sereno, pausado, vestido con una camiseta futbolera, el antiguo líder de Mano Negra no rehuyó ninguna pregunta y entró al trapo en alguna de ellas. Que por qué no ha suspendido sus conciertos a raíz del ataque terrorista contra Nueva York y Washington, como han hecho otros. Y por qué no se suspendió ningún concierto cuando murieron 'dos millones de personas en Ruanda', se preguntó, después de recordar que la noche del atentado su grupo de música y él se plantearon cómo 'iban a hacer fiesta' en un día como ése. Chao incidió en lo que a su juicio considera una escasa atención mediática a desastres como el de Ruanda. Y agregó a su batería de preguntas: Por qué no se suspende ningún concierto cuando mueren palestinos, cuando todos los días centenares de personas mueren en Caracas... 'Hay miles de razones para cancelar conciertos', concluyó.
El autor del disco Clandestino, que se convirtió en un auténtico fenómeno de ventas, reiteró que no es ningún líder, pero tuvo que enfrentarse a cuestiones de esta índole y no las repudio: cómo ves el futuro, o cómo ves el futuro de Europa. La hipocresía campa por todos lados y Europa no es menos. 'A Europa le faltan jóvenes. No está follando suficientemente', señaló. Pero es una 'inmensa hipocresía' por parte de los políticos decir que quieren a los inmigrantes legalizados, con papeles, porque, en realidad, lo que desean son inmigrantes ilegales, sin sindicatos, para poder explotarles mejor, argumentó.
También le preguntaron sobre los acontecimientos violentos de Génova y Manu Chao volvió a utilizar la palabra rabia, esta vez para expresar 'la manipulación de los medios de comunicación'. 'La mayoría de los manifestantes era gente pacífica, pero se ha reducido todo a una visión violenta de lo que pasó, lo cual es muy peligroso', dijo. De 'cabronada' tildó los intentos de demonizar a todo el movimiento okupa, identificándolo con ETA, por el supuesto vínculo de unos pocos.
A vueltas con su música, Chao anunció que en octubre finaliza la gira iniciada a raíz de la publicación de su último disco, Última estación: Esperanza. Disco cuyas canciones compuso hace año y medio, casi al mismo tiempo que Clandestino, según dijo, lo que explica su gran parecido. Las canciones de Clandestino las eligieron unos niños, mientras que en el nuevo, las transiciones entre los temas fueron el criterio de selección.
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