_
_
_
_

Atacada con 'cócteles mólotov' una casa ocupada por gente 'sin techo' en Legazpi

Al abrigo de la noche y mientras sus ocupantes dormían, un grupo de desconocidos lanzó en la madrugada de ayer seis artefactos incendiarios a un edificio ocupado por cerca de 16 inmigrantes y ex toxicómanos sin techo en la calle de Algete, 17, en Legazpi (Arganzuela). El ataque, perpetrado a las 2.30, no causó heridos, pero sí daños en la fachada del edificio y un pequeño incendio que sofocaron los bomberos. Al lugar también acudieron agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Esta agresión ha elevado la tensión que vive el barrio, donde algunos vecinos organizan desde finales de agosto patrullas nocturnas para denunciar y atajar la venta de drogas que, aseguran, se ha instalado en la zona y ha provocado un aumento de la delincuencia.

Los ocupantes de la casa dicen estar 'asustados' e 'indignados' por el ataque. 'Dormíamos en la terraza cuando empezaron a caer botellas. Una incendió el tejado', explicó Paul, un inmigrante de Ghana que vive en la casa desde junio. 'No hay derecho. Nosotros no nos metemos con nadie y la gente no para de atacarnos', se lamentó. Algunos vecinos acusan a los ocupantes de la casa de ser cómplices de los vendedores de drogas; otros, en cambio, temen que 'ante la dejadez de la policía y el Ayuntamiento, algunos estén yendo demasiado lejos'.

La casa atacada ayer con cócteles mólotov está en el frente de batalla que hay en el barrio de Legazpi. Al este de la calle de Teresa López Valcárcel hay varias manzanas de viviendas compradas por sus ocupantes a unos 40 millones de pesetas. Enfrente, solares de naves, la mayoría derruidas, que testimonian el pasado industrial del barrio. En una de ellas, cuya fachada da a la calle del Maestro Arbos, 23, decenas de toxicómanos entran y salen por un agujero para conseguir sus dosis de droga.

'[Los toxicómanos] pasan por aquí y entran a dormir o drogarse', explica Débora, que actualmente sigue el programa de desintoxicación con metadona. Es una de los nueve españoles, la mayoría mujeres, que comparte el edificio con inmigrantes africanos. Entre las dos y las tres de la tarde de ayer, dos toxicómanos preguntaron si podían entrar a descansar un rato. Les dijeron que no. 'Los vecinos dicen luego que nosotros también vendemos droga', justificó Débora, que niega este extremo.

El martes día 4, algunos vecinos incendiaron un contenedor junto al inmueble. Un día antes, algunos ocupantes respondieron a pedradas los insultos de los vecinos que cada noche se concentran para exigir el fin del trapicheo de droga en el barrio. Ante los enfrentamientos y el aumento de la presencia policial, los ocupantes prometieron que no dejarían que nadie consumiera drogas en la casa.

La solución saltó ayer por los aires. Los bomberos dijeron que el incendio lo causó la rotura de recipientes con un líquido inflamable que no pudieron identificar. 'Gracias a Dios que no era gasolina porque la cosa habría sido peor', afirmó un portavoz del cuerpo. George, un ocupante de la casa originario de Sudán, mostraba uno de los objetos lanzados: un tarro de cristal con un líquido que olía a aguarrás y esmalte.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Justos por pecadores

Algunos vecinos dicen estar hartos de la delincuencia que ha invadido el barrio y creen que los ocupantes de la casa están mezclados con el trapicheo de drogas. Afirman que la única solución es que se vayan cuanto antes. Otro vecino, Juan, apostilla: 'La gente ya no quiere distinguir entre unos y otros. Puede ser que paguen justos por pecadores, pero llevamos meses de molestias sin soluciones'.

Matilde Fernández, concejal socialista, se quejó ayer de la falta de planificación de la presidenta del distrito de Arganzuela, Eva Durán. 'Esta gente vive desde hace meses en el barrio sin papeleras, cabinas ni nada. Y nos hemos tenido que enterar de los problemas por ellos, sin que Durán nos haya informado de nada', protestó.

'El edificio de Maestro Arbós ha sido desalojado judicialmente y vuelto a ocupar tres veces, pero el propietario quiere mantenerlo en pie para alquilarlo. Todo esto lo hemos dicho en plenos con Matilde delante', replicó Eva Durán. 'Judicialmente es imposible actuar más rápido', añadió. Respecto al edificio de la calle de Algete, Durán asegura que están tramitando con el dueño el proceso que permita desalojar y, en su caso, derribar la casa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_