Un chaval en el corazón del hielo

A Iván Gracia, nacido en la capital del invierno española, Jaca (Huesca), en 1984, no le sorprenden ni el color ni la textura del hielo. Aunque sí recordará toda su vida la primera vez que decidió ponerse unos patines de hockey. Tenía 13 años y hasta entonces se dedicaba a saltar al vacío sobre dos tablas de esquís. Ahora, cuatro años después gira sobre agua sólida en Spokane, Washington (EE UU), y es el primer español seleccionado en el draft -en el puesto 59- de la prestigiosa WHL (Liga de Hockey del Oeste canadiense) para jugadores entre 17 y 20 años, una de las más importantes del mundo. 'Estoy super contento'. Parquedad adolescente en un chico que cursa primero de bachillerato. Aunque tampoco necesita muchas más palabras para describir la emoción de vestir el uniforme de los Chiefs de Spokane ante los 10.000 espectadores que caben en el Arena de esta fría localidad del norte de Estados Unidos, próxima a la frontera con Canadá.

El joven español jugaba en el equipo de su pueblo, el Jaca (14.000 habitantes), cuando un grupo de estadounidenses desconocidos decidió espiarle por recomendación de Graham James, el técnico canadiense que hizo campeón de Liga el año pasado al Club de Hielo Majadahonda. El ojo experto de James se fijó en las cualidades del joven aragonés y movió sus contactos con el otro lado del Atlántico. 'Fue toda una sorpresa, nadie se lo esperaba', confiesa la familia Gracia. Pero a los ojeadores no les costó mucho tomar la decisión. Gracia fue uno de los dos extranjeros que tiene como límite el equipo, uno de los más potentes de la WHL, adscrita al campeonato canadiense. Dos extranjeros que, en realidad, esta temporada se convertirán en uno: Iván Gracia. El joven es el único que ha conseguido permanecer en el equipo después de la pretemporada. Una pretemporada que en estos clubes mueve a casi un centenar de chavales compitiendo por un puesto en la plantilla definitiva.

Sus padres aún no se creen que Ivan esté en Estados Unidos con todos los gastos pagados 'incluso viajes para que venga a vernos de vez en cuando' y confiesan que 'fue una sorpresa, ¡que vamos!'. El sencillo asombro del padre de Iván Gracia contrasta con el entusiasmo del chaval después de sus dos primeras semanas en territorio estadounidense. 'Aquí todo es impresionante', dice Gracia y continúa 'la afición, los jugadores, todo es tremendo'.

Pero el joven Gracia ya había hecho 'cosicas', en el hockey antes de saltar al otro lado del Atlántico. El chaval fue elegido segundo mejor jugador de los campeonatos sub 18 de Bulgaria y del Sub 20 celebrado en Belgrado (Yugoslavia). El hockey español, que cuenta sólo con seis clubes en la División de Honor, era un horizonte demasiado estrecho para el talento de Gracia.

Ahora, sus padres confían en que 'al menos aprenda inglés'. 'Es que le va a venir fenomenal, tanto como para ser profesional del hockey como para prepararse para la vida'. Gracia, como tantos chicos de su edad, ha sido acogido por una familia estadounidense, pero, a diferencia de los chavales que se marchan a estudiar el idioma, dispone de una traductora para él solo. 'Para las cosas del equipo', dice.

Su posición en la cancha es la de ala izquierdo. Iván es Uno de esos kamikazes que sobrevuelan el hielo a mayor velocidad de la que pueden captar los flashes de los fotógrafos. Pero su futuro como asalariado en el mundo del hielo aún requiere dar un paso más allá. El siguiente objetivo de Gracia es entrar en el draft profesional. El que permite acceder a la Liga de Hocky Profesional. Un acontecimiento que mueve millones de dólares en estados Unidos y Canadá, que barre en las audiencias televisivas -entre otras cosas por su espectacular violencia- y que cuenta con una cantidad de seguidores que en España sólo el fútbol puede soñar con capturar.