"Mi Madrid era un poquito más vertical"
Alguien comparó a Fabio Capello (Pieris, 1946) con el condotiero, el profesional de la guerra, figura típica del Renacimiento italiano. A Capello le disgustan estos paralelismos. Su discurso es un devenir ronco de lógica virulenta. Hace cinco años entrenó al Madrid. Hoy dirige al Roma. Mañana, los dos equipos se enfrentarán en el estadio Olímpico en el arranque de la Liga de Campeones. Él habló con pasión de la actualidad y la historia de los dos clubes en una entrevista concedida en la ciudad deportiva del Roma en la localidad romana de Trigora, el jueves pasado.
Pregunta: Dicen que usted es el guerrero de los entrenadores. ¿Qué imagen tiene de sí mismo?
Respuesta: No, no, no... Muchas veces se dice que soy un guerrero pero sólo soy alguien que trabaja seriamente, que intenta hacerlo lo mejor posible, preocupado por mejorar porque se gana con los detalles. Soy rígido. Quiero hacer las cosas bien aunque se falla, porque en el trabajo falla todo el mundo. Tengo sensibilidad, buen corazón, y mucho respeto por la gente.
'Soy madridista pero podría entrenar al Barça. Como quien trabaja en la Fiat y se va a la Mercedes'
P. ¿Qué le ha dado al Roma?
R. Cuando llegué en junio de 1999 el equipo estaba medio hecho, con fichajes que no eran míos. Paré algunas operaciones y fichamos otros jugadores que no estaban en los planes del club. Y el año pasado fichamos muy bien. Hicimos un buen equipo y ganamos. Pero lo más importante que hice fue transmitir una mentalidad diferente. Porque en Roma cuando se pierde un partido todos se suicidan y cuando ganas llenas el Circo Massimo con un millón de personas. Había que tener un poco más de equilibrio y aislar al equipo de todo ese ambiente. Porque aquí siempre empezaban bastante bien, llegaban arriba de la tabla y al final estaban todos contentos y lo único que les preocupaba era ganarle el derby a la Lazio. No hay que pensar en el derby sino en el campeonato.
P. ¿Se considera un motivador más que un entrenador centrado en la táctica?
R. La disciplina táctica es muy importante pero yo nunca paré a los jugadores de talento. Nunca los metí en un esquema ni les corté las alas. Porque en mi filosofía del equilibrio táctico los grandes jugadores son los que hacen la diferencia. Preguntadle a Mijatovic. Preguntadle a Totti, aquí en Roma. Lo único que pido es que todos trabajen un poco para ayudarse en defensa. Porque sin equilibrio ni disciplina táctica puedes ganar contra todos y perder contra cualquiera. Para conseguirlo todos los jugadores tienen que ser colectivamente disciplinados y moverse según mis dictámenes.
P. ¿No cree que su mayor facultad es la de convencer a los presidentes de fichar jugadores que a otros les negarían por ser muy caros?
R. ¿Quién dice esas cosas? Aquí en el Roma sólo me compraron a Batistuta. Emerson ya estaba cuando yo llegué. En el Madrid fichamos a Panucci, Roberto Carlos, Seedorf, Bodo Illgner, Mijatovic y Suker que lo compró el presidente y... este portugués.... Secretario por 5.000 millones en total. Fue una buena compra pero eso no es lo más importante. Lo más importante es elegir bien los jugadores que se fichan. Porque si pagas 2.000 millones por un jugador que no marca diferencias y yo te compro uno por 3.000 millones que sí hace la diferencia, que es bueno, ¿para qué necesito el de 2.000 millones? Además, me parece que en los dos últimos años el Madrid ha fichado a los jugadores más caros del mercado, a Figo y a Zidane. Me parece que es a Vicente [Del Bosque] al que hay que hacerle esta pregunta. Porque hablan de Capello pero los otros... A Lippi le han fichado un portero por 9.000 millones y un defensa, Thuram, por 7.000.
P. ¿Habría fichado a Zidane?
R. Es un jugador físicamente fuerte que necesita un poco de tiempo para adquirir una buena condición física y después marcar diferencias. Pero tiene que acostumbrarse a jugar en España, donde se juega un fútbol diferente al del resto de Europa. Se toca más y se juega sin mucha prisa. Él es un jugador que cuando recibe el balón verticaliza inmediatamente. Y esto no se puede hacer porque el Madrid toca, toca, toca... Cuando se acostumbre se integrará porque la calidad que tiene es impresionante. En Italia jugaba con Inzaghi y Del Piero por delante. Recibía y metía el balón inmediatamente en vertical. Cuando le llegaba el balón todo el equipo salía de su mitad del campo y se desmarcaban para darle opciones de pase. En España, al Madrid le gusta tocar un poco más. A la contra juega el Valencia, siempre atrás. Para eso necesitas jugadores rápidos. El sistema depende de los jugadores. Si son muy buenos técnicamente pero no tienen velocidad no puedes meter el balón vertical. Hay que llegar tocando.
P. ¿Su Madrid era más vertical que éste?
R. Sí, muchas veces un poquito más vertical. Raúl se movía desde la banda izquierda al centro y abría espacio a Roberto Carlos por ese lado. A la derecha teníamos la velocidad de Víctor. Y así dábamos profundidad a las bandas. Porque con Suker no podías meter un balón profundo. Un poquito más con Mijatovic. Nuestros dos delanteros no tenían mucha velocidad.
P. ¿Qué opina del planteamiento del Bayern en la última Liga de Campeones?
R. El Bayern le ganó al Madrid porque tuvo suerte en el Bernabéu y porque los alemanes estaban frescos después de su mes de descanso invernal.
P. Cuando el Madrid ganó la séptima Copa de Europa en 1997 usted dijo que había ganado su equipo. ¿No le parece poco ético atribuirse ese éxito?
R. Yo he dicho que no gané yo, sino el equipo que yo dejé hecho. Después de mi marcha llegaron Morientes, Karanka y Dani, que los fichamos en febrero con Pirri. Estaban fichados. No es mérito mío pero el equipo era el mismo. Porque el mérito es de los jugadores y del técnico que está entrenando. No quiero atribuirme méritos que no tengo. El día de la séptima sólo faltaba Alkorta de mi equipo.
P. ¿Ve deprimido al Madrid?
R. Lo vi jugar contra el Valencia y me dio la impresión de ser un equipo fuerte psicológicamente, que quiere ganar.
P. ¿Qué hay de cierto de su rivalidad con Valdano?
R. En el fútbol todos tenemos una opinión diferente. Hay quien piensa que un 4-4 es un gran partido y otros dicen que un 0-0 es mejor. A mí me dicen que tengo que jugar con cinco delanteros y Francia juega con uno y todo el mundo dice que juega bien. Son temas para los periódicos. ¿Sabes quién tiene razón? El que gana.
P. Usted se confiesa madridista y al mismo tiempo se ofrece para entrenar al Barça. ¿No es una contradicción alevosa?
R. No. Sigo siendo madridista. Pero el mío es un trabajo, como quien trabaja en un banco y se va a otro banco, o trabaja en la Fiat y se va a la Mercedes. Luego, el sentimiento, el recuerdo que tú tienes de las cosas es algo que se lleva dentro del corazón. Pero yo quiero trabajar y para ello necesito elegir un club con ambición por ganar y por ponerse desafíos diferentes. Es una forma de vida.
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