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La guerra de los concursos impactantes deteriora la televisión de Estados Unidos

Las cadenas generalistas de Estados Unidos han decidido entregarse de lleno a las peores miserias del medio y dar la espalda a la tradición narrativa que en las últimas décadas había engrandecido la televisión de este país. Las mismas cadenas que han creado dramas antológicos como los de Steven Bochco o David E. Kelley o comedias perfectas como Cheers o Frasier se olvidan ahora de estos géneros en desuso y se muestran encantadas de perder a un espectador de calidad a cambio de ganar dos espectadores de los que disfrutan asistiendo al sufrimiento físico y espiritual de una nueva clase social: la de los concursantes patéticos. La bajada al pozo de la mediocridad viene acompañada del despegue de la contraprogramación, un fenómeno que en Estados Unidos era casi testimonial.

La tendencia comenzó hace un año con Supervivientes, convertido en el mayor éxito de la televisión norteamericana en el último lustro. El programa, al margen de su mayor o menor calidad, proporcionó a los programadores una nueva receta para conseguir audiencia con productos más baratos que las series clásicas. De repente, la televisión de EE UU recuerda ahora a esas cadenas asiáticas con concursos aberrantes en los que los participantes son sometidos a pruebas dolorosas, inhumanas y, por encima de todo, grotescas.

Hace poco tiempo, la NBC -reconocida por la calidad de sus series- comenzó a eliminar dramas y comedias para emitir Fear factor (El factor miedo), un concurso en el que seis personas deben superar pruebas atroces si quieren competir por los 50.000 dólares que se lleva el ganador, una cantidad miserable si se compara con los 200 millones que resuelven la vida al ganador de Superviventes. Entre las pruebas: comer cucarachas, meterse en un ataúd lleno de serpientes o digerir sopa de rata. Semejante dosis de creatividad por parte de los guionistas proporcionó a la cadena unos resultados de audiencia envidiables.

La Fox bajó aún más el listón con su Isla de las tentaciones (varias parejas apartadas en una isla poblada sólo por ninfas y efebos dedicados a provocar rupturas conyugales entre los concursantes), que pretende recuperar dentro de algunas semanas. La CBS contraatacó anoche con Amazing race, otro concurso poco recomendable: 11 parejas, cuyos miembros no se conocen entre sí, compiten por recorrer el mundo en un tiempo récord.

La NBC ('esto es la guerra', dice su programador, Jeff Zucker) ha contraprogramado cambiando de día Fear factor para enfrentarlo a Amazing race, y completa la jugada con el estreno de otro reality show, Lost, en el que los concursantes deben regresar a EE UU tras ser abandonados en algún lugar del mundo. Y no hay dos sin tres: la CBS ha contracontraprogramado y emitirá después de Amazing race una edición especial de Gran Hermano con los concursantes de Supervivientes. Así está el panorama.

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