El Auditori de Barcelona necesita 200 millones más para poder funcionar sin generar más déficit
El nuevo director general del centro prevé crear una fundación para gestionar la institución
Hubo error de cálculo. Ni el Auditori ingresó 240 millones de pesetas anuales por el alquiler de su sala, ni el coste del mantenimiento del edificio fue el acertado. Tras poco más de cinco meses como director general del Auditori, Joan Oller (Barcelona, 1967) asegura que se necesitan 200 millones de pesetas más para que el centro musical de la plaza de las Glòries pueda funcionar sin generar más déficit. 'Las administraciones deberán incrementar sus aportaciones y con un aumento de los ingresos por taquilla se podrá estabilizar la economía', afirma el director general, que pese a la compleja situación se muestra optimista. Oller planea ya simplificar la gestión del Auditori traspasando su gestión a una fundación.
El año pasado, el Auditori de Barcelona generó un déficit de explotación de 150 millones de pesetas y otro tanto sucedió en su primer año de funcionamiento, 1999. No llegaron a ser los 200 millones que separan el presupuesto real, de 1.950 millones, del necesario para no generar déficit, de 2.150, porque parte de las partidas destinadas a publicidad no se gastaron. 'Hubo un error de previsión y considero comprensible la situación que he encontrado. No creo que la anterior gestión fuera un desastre, sino que pienso que era muy difícil hacer unas previsiones exactas en un edificio nuevo como éste', asegura Joan Oller sin asomo de condescendencia por la labor realizada por su antecesor, Miquel Lumbierres.
El Auditori ingresa anualmente 130 millones de pesetas por alquiler de su sala, 110 millones menos de los calculados; el mantenimiento del edificio se eleva a 130 millones anuales, 30 más de los previstos, y la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) sobrepasó en 50 millones su presupuesto en las dos últimas temporadas.
Los cálculos hechos por Joan Oller en los poco más de cinco meses que lleva en el cargo son que el Auditori precisa 200 millones de pesetas más para funcionar y no seguir generando déficit. 'No puse condiciones cuando la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona me ofrecieron el cargo. He asumido la situación y estoy convencido de que apoyarán mi proyecto', dice en referencia al aumento de subvenciones que ha previsto pedir a las instituciones para el presupuesto del próximo año.
Medida de choque
Habituado a enjuagar los déficit de todas las orquestas de las que ha sido gerente -Sinfònica del Vallès, Pablo Sarasate de Pamplona y Orquesta de Castilla y León-, la situción del Auditori no es para su director general excepcional. 'Siempre doy la imagen de salvador de la nave, pero es sólo cuestión de una formación adecuada y de la adopción de las medidas correctas para que los buenos resultados sean evidentes con el paso del tiempo. Creo estar preparado para conseguirlo', dice convencido. Como primera media de choque, Oller ha recortado en 50 millones el presupuesto la OBC para esta temporada suprimiendo siete programas y ha cancelado parte de los ciclos de programación propia aprovechando las obras del edificio para acondicionar la sede de la Escuela Superior de Música de Cataluña, que han obligado a cerrar por un mínimo de un año la sala polivalente, con capacidad para 400 personas.
Además del incremento de las subvenciones, el director general del Auditori ha previsto cubrir los 200 millones de pesetas que necesita el centro con el aumento de los ingresos por taquilla. 'El primer ejemplo de resultados positivos de la nueva gestión es el crecimiento del número de abonos vendidos para los conciertos de la OBC, que han pasado de los 8.000 de la pasada temporada a 9.200 en la que empezará a finales de septiembre. Esto supone un mayor ingreso por taquilla pese a haber recortado el número de conciertos', explica.
No cree Oller que se puedan aumentar los ingresos por patrocinio. 'Actualmente, recaudamos 250 millones de pesetas por año en este concepto. Trabajaremos para tener un mayor número de patrocinadores, pero a nivel musical el mercado en Cataluña está muy saturado con el Liceo y el Palau de la Música, que fueron los primeros y lo han sabido hacer muy bien'.
El Auditori espera ingresar el año próximo el último plazo que le queda al Ministerio de Cultura para completar su compromiso de financiar el 50% del coste de construcción del edificio. Son 188.250 millones de pesetas que actualmente se financian mediante un crédito, cuya cancelación cuando llegue el pago del ministerio contribuirá a rebajar el actual déficit. 'Mi plan es enjuagar el déficit y a la vez poner en práctica el plan estratégico para convertir el Auditori en un centro musical de referencia', dice Oller.
Entre sus planes está crear una fundación que asuma la gestión del centro, como sucede con el teatro del Liceo. 'Es una fórmula que permitirá una gestión unitaria frente los dos órganos de gobierno actuales, el Consejo Rector del Auditori y la OBC y un Consejo de Administración de la orquesta. Simplificará el funcionamiento, flexibilizará su gestión a nivel presupuestario y propocionará ventajas fiscales a los patronicandores'.
El reto del público y la modernidad
Aumentar en número de espectadores es uno de los principales retos que se ha impuesto Joan Oller en su gestión al frente del Auditori de Barcelona. 'Es ya un tema personal que me he impuesto en todas las orquestas por las que he pasado y hasta ahora lo he conseguido', dice el director general. 'No es sólo un aumento de público a corto plazo, sino también a 10 y 15 años vista. Por ello una de mis prioridades es el servicio educativo, que será uno de los proyectos estrella del Auditori. Los niños son el público del futuro y tenemos la obligación de garantizar su formación como espectadores'. Oller no sólo quiere trabajar la vocación de espectadores de los más pequeños. 'El proyecto no afecta sólo a los escolares, sino también a familias y personas que quieran progresar en el conocimiento de la música, porque hay mucha gente que va a conciertos y asegura que no ha entendido la música que ha escuchado'. El otro reto del plan estratégico diseñado por Oller es una apuesta por la modernidad. 'Creo que en el conjunto de la vida musical catalana, el Auditori debe adoptar una actitud de modernidad', asegura el director general. 'Dar a la programación de la OBC un talante más moderno. Que cada temporada tenga un hilo conductor, un tema sobre el que basarse. Que no partamos de la idea preconcebida de que la música se explica por sí sola y aportar al espectador referencias de interés que expliquen el programa al público con exposiciones y material complementario'. El concepto de modernidad alcanza también al apoyo a la creación. 'Tenemos previsto encargar dos obras por temporada, una de música sinfónica y otra de música de cámara. Y que cada año haya tres compositores en la programación poco conocidos para el público en general a los que daremos énfasis en la divulgación de su obra', explica el director general del Auditori, que ha previsto la creación de un ciclo dedicado a la música de fusión. 'Quiero que el Auditori sea conocido en Barcelona como un centro en el que se hacen cosas originales de fusión de diferentes géneros musicales', dice.
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