Paralizada la construcción de la planta de tratamiento de residuos en Montcada

La futura planta ecológica de tratamiento de residuos de Montcada i Reixac no está exenta de polémica. El Ayuntamiento de la población vecina, Ripollet, y la Entidad Metropolitana del Medio Ambiente (EMMA) han acordado la paralización temporal del proceso de instalación de esta planta, conocida como Ecoparc 2.

Con esta iniciativa se quiere ganar tiempo para la creación de una comisión municipal que estudie a fondo el proyecto del Ecoparc, que estaría situado a sólo 800 metros de un núcleo de viviendas de Ripollet. A principios de esta semana, un millar de personas se manifestaron por las calles de esta localidad para protestar contra la instalación.

El alcalde de Ripollet, Juan Parralejo, invitó ayer a todos los grupos políticos y representantes vecinales a formar parte de la comisión con la voluntad de que se resuelva cualquier tipo de duda. Parralejo recordó ayer que el proyecto de Ecoparc 'todavía no está aprobado' y que el gobierno municipal exigirá 'el 100% de garantías' y el compromiso formal por parte de la EMMA 'para que se construya un acceso directo, que el material de rechazo no se quede en Ripollet ni en los municipios del entorno y que se clausure la incineradora'.

A principios del julio, el alcalde de Ripollet comunicó por carta al presidente de la EMMA, José Cuervo, 'la preocupación vecinal' que existía en la localidad ante la decisión de construir la planta en Montcada, pero muy próxima a bloques habitados del municipio. Parralejo solicitaba 'información exhaustiva para resolver todas las dudas que se habían suscitado'. Cuervo se mostró, coincidiendo con la fiesta mayor de Ripollet, dispuesto a frenar 'de forma provisional' el proceso de instalación y así conceder tiempo a la creación de la comisión para trabajar y analizar 'con tranquilidad' todos los entresijos del proyecto.

No es fácil

El alcalde de Ripollet reconoció ayer a este diario que la decisión que se ha tomado 'no es fácil, ya que existen unos plazos de los que dependen unas subvenciones'.

Desde Montcada, donde se instalará la planta, que tratará 325.000 toneladas de residuos al año, el alcalde, César Arrizabalaga, acepta que se haya frenado la instalación, pero está convencido de que en Ripollet la cuestión se ha instrumentalizado como arma política desde la oposición. Arrizabalaga volvió a dejar claro ayer que cuando los vecinos de Ripollet accedan a toda la información 'sin demagogias', darán el visto bueno.

En Montcada, todas las fuerzas políticas del consistorio aprobaron el proyecto, por unanimidad, antes de las vacaciones. El alcalde quiso transmitir un mensaje muy claro al municipio vecino: 'Ripollet puede tener total tranquilidad porque es una alternativa completamente inofensiva, respetuosa y con totales garantías' que además será un centro didáctico para que los escolares puedan saber cuál es el proceso de recuperación ecológico de los residuos.