Gloriosa, insuperable 'hollymemez'
Si uno se detiene de soslayo en la iconografía bancaria de The Mexican y escarba en las cifras ocultas de sus títulos de crédito, los ojos se estrellan contra la incalculable, mareante y casi obscena fortuna que supone el simple enunciado de los nombres y los talentos de Julia Roberts, Brad Pitt, James Gandolfini y Gene Hackman, eminencias de alto y menos alto voltaje que, arropadas por un aparato de producción de lujo, han movilizado muchos miles de millones de pesetas destinados a la vergüenza de hacer que se extienda y ensucie con su irrisoria presencia las pantallas del mundo este asombroso, por insuperable, engendro anticinematográfico, esta gloriosa memez.
Una devastadora sosería y una sensación redonda, perfecta, de incapacidad colectiva invaden la pantalla desde que la cosa arranca en una escena de pelea matrimonial que es imposible encuadrar peor, y que además padece la agravante de que quiere tener gracia y en vez de sonrisas arranca muecas. En ella, Julia Roberts vuelve a moverse, a lo Erin Brockovich, en las preciosas estrecheces de un desaliño medido al milímetro y reanuda su filón fotogénico de adorable bocazas exquisitamente despeinada. Pero esta vez su refugio en la sobriedad no cuela, aunque cuenta con la ventaja de que aquí le dé la réplica Brad Pitt, que sigue sin salir del penduleo entre la risita de conejo a lo James Dean y la gesticulación a lo Sheeta, que aprendió en el desastre de los 12 monos, lo que indica que la pobreza de registros y la inseguridad del popular divo siguen atrincheradas en la sobreactuación.
THE MEXICAN
Dirección: Gore Verbinski. Guión: J. H. Wyman. Intérpretes: Julia Roberts, Brad Pitt, Gene Hackman, James Gandolfini, Bob Balaban, J. K. Simmons. Género: 'thriller'. Duración: 105 minutos. Estados Unidos, 2001.
Pero de pronto se desata la melena el demente guión de un tal Wyman y comienza a crecer la empanada de la filmación de un tal Verbinski, que nos arrastra al vértigo de un thriller itinerante, a la trepidación de un vagabundeo de road movie, y la cosa, aunque parecía imposible, empeora y deriva hacia un delirante contrapunto de tiroteos de chulos de Tijuana contra gánsteres de Los Ángeles, y una leyenda absolutamente marciana de amor loco entre un niño y una niña mexicanos de hace un siglo, que el filme evoca en virados líricos de colosal cursilería, rodados en blanco y negro sobre negativo de color, que componen una tragedia de amor a lo Emilio Indio Fernández que no hay manera de averiguar qué demonios pinta en este fregado de pringosos chorizos californianos de un lado y otro de la frontera, en el que el único rostro con rasgos creíbles es el del pistolero gay que interpreta con dolor y sorna James Gandolfini.
Es The Mexican un diluvio de falsos tiros trufados con pésimos diálogos ametralladores, en un bla-bla-bla incontinente y a ratos penoso. Necio gasto de talentos como los de Julia Roberts, James Gandolfini y Gene Hackman en una película humillante para ellos.
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