Poblenou quiere servicios antes del aluvión
El barrio de moda de Barcelona recibirá 45.000 nuevos vecinos pero no tiene ni una guardería pública y la única biblioteca acaba de cerrar
El Poblenou de grúas y obras que hoy podemos ver producirá una transformación social de esta popular zona de Barcelona, hasta hace unos años mezcla de industrias y viviendas bajas. El tejido asociativo de Poblenou acoge con satisfacción la aprobación del plan de equipamientos que recoge los servicios que precisará el antiguo barrio industrial de Barcelona, que en la próxima década aumentará casi el doble su población actual. Pero los vecinos quieren que lleguen antes del aluvión.
Pocas veces se ha dado tanta unanimidad en esta zona de la ciudad a la hora de concretar qué servicios precisa. En estos momentos Poblenou, que experimenta una de las transformaciones urbanísticas más espectaculares de Europa, no tiene ni una sola guardería pública y la única biblioteca fue cerrada por La Caixa, su propietaria, hace apenas unos meses. Cuando las 16.721 viviendas proyectadas en el barrio se hayan construido, llegarán al Poblenou 44.645 nuevos vecinos que se sumarán a los 49.141 residentes actuales y por tanto, las necesidades de equipamientos se multiplicarán por dos.
Con la reciente aprobación en el plenario del distrito de Sant Martí del Plan de Equipamientos, que requerirá 125.000 metros cuadrados de techo para hacerlo realidad, las entidades han empezado a recoger los frutos de las movilizaciones que iniciaron hace dos años para presionar a las administraciones a fin de que dejen de contemplar el Poblenou como un mero suministrador de suelo y se planteen seriamente las necesidades asistenciales de sus habitantes actuales y futuros.
El Ayuntamiento asume las peticiones consensuadas en los últimos meses por tres comisiones en las que han estado representados los técnicos municipales y los vecinos, y que incluyen el compromiso de invertir 4.000 millones de pesetas en los dos próximos años para acabar o empezar alguna de las obras en marcha, tales como un ambulatorio en la calle de Provençals, un centro de barrio y un polideportivo -ambos en Diagonal Mar-, dos guarderías en el parque de la Paperera y en la Villa Olímpica, así como en la ampliación de varias escuelas públicas.
Todas las partes se felicitan del trabajo realizado, que el concejal de Sant Martí, el socialista Francesc Narváez, califica de 'ejercicio de participación ciudadana'. Para la Asociación de Vecinos de Poblenou supone el fin de una etapa y el inicio de otra en la que deberán intervenir otras administraciones, como la Generalitat, a las que competen determinados servicios sanitarios y docentes, así como el velar para que se cumpla el plan.
En el listado de equipamientos, que se completará en las próximas dos décadas, los autores han evitado caer en la tentación de escribir una especie de carta a los Reyes Magos, por lo que han aplicado los porcentajes oficiales que tanto el Ayuntamiento como la Generalitat tienen en cuenta para decidir la rentabilidad social de un nuevo centro de la red asistencial pública. Y también se ha hecho un esfuerzo de concreción respecto a los solares en los que se ubicará cada servicio, señalando el estado actual de cada uno.
Los 125.000 metros cuadrados de techo que se reservan a este fin pueden parecer demasiados en una ciudad como Barcelona, donde escasean tanto, pero lo cierto es que la lista de demandas es larga e incluye, entre otros equipamientos, cinco hogares de ancianos, siete centros culturales de barrio, dos ambulatorios, cinco centros escolares de enseñanza primaria y secundaria, seis guarderías públicas, cuatro residencias para personas mayores, una biblioteca y dos áreas deportivas.
Respecto al ritmo del crecimiento de Poblenou hay discrepancias entre los plazos que baraja la Administración local y los vecinos. Mientras que Narváez sitúa el horizonte en el que estarán habitadas las 16.721 nuevas viviendas previstas en el barrio a 10 o 15 años vista, la asociación de vecinos considera que en el plazo de siete u ocho años deberían estar listos al menos los equipamientos más básicos, como por ejemplo la biblioteca de Can Saladrigas, que piden estrenar en 2004 coincidiendo con el año de la cultura.
Velocidad en las ventas
La rapidez con que se han vendido los pisos del Frente Marítimo, en apenas cuatro años, hace intuir a los residentes de la zona que con los demás núcleos residenciales puede ocurrir otro tanto. Los responsables municipales del distrito opinan que la coyuntura económica de los últimos ejercicios difícilmente se repetirá en los años próximos, y de hecho se cita el ejemplo de Diagonal Mar, donde las nuevas viviendas están teniendo menos aceptación entre los compradores.
En el plenario del distrito se hizo referencia a la campaña ciudadana a favor del plan de equipamientos. El presidente de la Asociación de Vecinos de Poblenou, Joan Maria Soler señaló que finalmente la campaña ha conseguido su objetivo,. El plan se aprobó con los votos de la mayoría de los grupos representados en el plenario, excepto el PP, que se abstuvo.
En las movilizaciones han participado desde la parroquia hasta las entidades deportivas y culturales. Tanto en la asamblea de la Aliança del Poblenou como en la manifestación se puso de manifiesto la capacidad de convocatoria y la honda preocupación que suscita entre los habitantes de toda la vida los cambios que observan en la fisonomía del barrio.
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