La chica del millón de dólares

La carrera de 100 vallas parecía un homenaje a Gail Devers, una de las mejores atletas de los años noventa. Dos veces campeona olímpica de 100 metros, una de las mejores especialistas del 100 vallas y última representante del famoso grupo que creó Bob Kersee en California, Gail Devers era la indiscutible favorita para vencer en una carrera que ha perdido glamour en los últimos años. Cualquiera que se acerca a 12,50 segundos tiene la victoria en la mano, sea la carrera que sea. Devers era la que más se había aproximado a esa barrera y no se veía a nadie en condiciones de ganarla. Si acaso la joven Jenny Adams. Pero en una de las carreras más sorprendentes del Mundial, la ganadora fue la tercera estadounidense, Anjanette Kirkland, conocida como la chica del millón de dólares.

Kirkland ha sido durante años una meritoria de la especialidad. Su mayor éxito tuvo lugar en los pasados Mundiales de pista cubierta. Ganó la prueba de 60 vallas y no hubo más noticias de ella hasta que se dio a conocer un turbio incidente con John Smith, el célebre entrenador de Maurice Greene y la mayoría de los mejores sprinters americanos. En junio, durante las pruebas de clasificación del equipo americano, Kirkland denunció a Smith por agresión a ella y a su hermana. Según la atleta todo comenzó con una discusión que Smith resolvió a puñetazos. De un directo tumbó a la madre de Kirkland, que cayó al suelo y se rompió la pierna. También golpeó a la atleta, que salió del incidente con un ojo morado. Smith asegura que fueron Kirkland y su madre las que empezaron la pelea y que tuvo que emplear sus puños en defensa propia. El caso está en los juzgados, donde la nueva campeona del mundo de 100 vallas ha puesto una demanda de un millón de dólares contra Smith.

Hasta enero de este año, Kirkland pertenecía al selecto grupo HSI que dirige Smith. Por razones no especificadas, la atleta fue expulsada del equipo. A pesar de su expulsión, la atleta estadounidense ha completado la temporada de su vida. Ganó el Mundial de pista cubierta y en Edmonton logró una marca de 12,42 segundos, imprevista en estos tiempos. Devers, que probablemente dejará el atletismo este año, se quedó sin homenaje.