Homenaje a Fassbinder
Casi 20 años después de la muerte de Rainer Werner Fassbinder, aún aparecen interesantes trabajos inéditos del realizador germano. El punto de partida de la producción francesa Gotas de agua sobre piedras calientes es la obra inédita de Fassbinder Tröpfen auf heisse Steine, escrita a sus 19 años y nunca estrenada en teatro ni en televisión. En un exceso de respeto por el original, el director François Ozon ha conservado una división en tres actos y una acción que se desarrolla en un piso situado en la República Federal de Alemania en los años setenta. Por eso, el conjunto tiene un subrayado tono teatral, pero en la mejor acepción del término. La acción tiene lugar en un único decorado a lo largo de seis meses y sólo intervienen cuatro personajes. Pero, gracias a una hábil planificación y, en especial, un minucioso trabajo de François Ozon con los intérpretes, el resultado alcanza un indudable atractivo.
Tercer largometraje de los cuatro realizados por Ozon, un interesante director cuya obra permanecía inédita en España, se presentó en competición en el Festival de Berlín de 2000 y tuvo una buena acogida por parte de la crítica. Ahora se estrena en España con retraso y aprovechando la peculiar programación que traen consigo los calores estivales.
El filme narra cómo un solitario cincuentón seduce a un joven veinteañero, logra que deje a su novia, que viva con él y que se convierta en una peculiar criada. Cuando seis meses después la relación se ha deteriorado, hasta el punto de casi romperse, reaparece la novia del joven y se plantea un trágico y complejo terceto, al que, finalmente, se añade un cuarto personaje. Desde el punto de vista dramático, la acción se desarrolla con la perfección de un mecanismo de relojería. Sólo puede objetarse que la novia tarde tantos meses en aparecer para hacer saltar por los aires la relación.
Dentro del calculado y minucioso conjunto, destaca el trabajo de los actores, el veterano Bernard Giraudeau y el joven Malik Zidi, además de Anna Thomson en un papel breve.
Y en especial la joven Ludivine Sagnier, una atractiva y buena actriz que da a Gotas de agua sobre piedras calientes el cálido erotismo necesario para que la acción alcance su máxima fuerza.
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