El viaducto de Rekalde en la A-8 se reformará a partir del próximo septiembre

El paso de la autopista A-8 por el barrio bilbaíno de Rekalde empezará a remodelarse a partir del próximo mes de septiembre. Las obras de este conflictivo tramo -un viaducto que cruza el barrio y en el que el pasado mes de marzo falleció un joven tras caerse al vacío- han sido adjudicadas por la Diputación de Vizcaya por un importe de 510 millones de pesetas. El proyecto supone el reforzamiento de las barreras de seguridad así como el reasfaltado de la carretera al paso por el viaducto, que ahora presenta deficiencias.

El viaducto de Rekalde es uno de los tramos más conflictivos de la A-8 a su paso por Bilbao.Situado entre los dos principales accesos a la capital (Sabino Arana y Juan de Garay), el viaducto atraviesa uno de los barrios más populosos de la capital. Además de transitar junto a numerosas viviendas, se sitúa justo encima de un parque infantil donde es frecuente la presencia de niños.

Los accidentes se han repetido en los últimos años, con camiones que han quedado colgados del viaducto a una altura de 20 metros. El último siniestro de gravedad ocurrió el pasado 1 de marzo: un automovilista que había dejado su coche en el arcén falleció tras caer al vacío al romperse unas placas de metacrilato del viaducto. La Diputación adujo entonces que dichas placas se colocaron en 1993 a petición del Ayuntamiento bilbaíno y de los vecinos para que no cayeran objetos desde la autopista, pero que no estaban preparadas para soportar el peso de una persona.

El titular foral de Obras Públicas, José Félix Basozabal, adelantó en abril la intención de acometer un acondicionamiento del viaducto de Rekalde. El proyecto fue adjudicado en el último Consejo de Gobierno de la Diputación por 510 millones. Se prevé que las obras comiencen en septiembre, se prolongarán cerca de tres meses y se realizarán durante la noche dada la gran afluencia de vehículos en este tramo.

Los trabajos consistirán en la reposición del asfalto a lo largo de un tramo de 600 metros y la impermeabilización de los tableros del viaducto. Además, se reforzarán las barreras de seguridad, con la instalación de protecciones de hormigón en vez de las actuales metálicas. Las placas de metracrilato, la rotura de una de las cuales causó el último fallecimiento, serán reemplazadas por chapas de acero.

La Diputación ha reconocido que el viaducto tiene 'unos problemas indudables que hay que atajar'. Los vecinos han solicitado reiteradamente que se elimine la instalación, pero el problema es el alto coste. Hace dos años, la Diputación aceptó, tras una década de reivindicaciones del Ayuntamiento y los vecinos, incluir en su Plan de Carreteras la variante de Rekalde, cuyo coste se cifra en 19.000 millones. Pero no existe para ella ni fecha concreta ni financiación.