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Reportaje:

Una estrella de la NBA luce en Madrid

Kevin Garnett, el baloncestista mejor pagado del mundo, da una clase a 150 chavales en el barrio de La Estrella

A Kevin Garnett (25 años), el jugador de baloncesto más caro del mundo, le llaman El Niño en Estados Unidos. Desde luego, no lo parece. Mide 2,11 metros y pesa 100 kilos, que imponen tanto como sus aires de divo un tanto ausente y el séquito de guardaespaldas, familiares y asimilados que estos días le rodean en Madrid a cada paso que da. Ayer dejó una muestra. Cuando el cráneo rapado de la estrella de la NBA apareció al mediodía por la pista del CN Canoe había más de 500 personas esperándole desde una hora antes.

A los 150 afortunados chavales que habían resultado elegidos para recibir una clase informal del ala-pívot de los Minnesota Timberwolves no les importó el retraso. En sus caras se veía que tenían suficiente con el privilegio de compartir balón y canastas con su ídolo, el mismo al que también rinde admiración Pau Gasol, el ex jugador del Barcelona que este año competirá contra él en la NBA.

Durante hora y cuarto, al ritmo de la música rap y frente a unas gradas atestadas de público juvenil, Garnett cumplió con el compromiso de la marca de ropa deportiva que le ha traído de gira promocional por Europa. 'Ha sido fenomenal. Genial', exclamaba al unísono el entusiasta grupo compuesto por Antonio, Borja, Marcos y Pablo, todos ellos de 14 años. 'Daba un poco de corte verle ahí, tan cerca, pero ha sido impresionante. ¡Hasta te decía que le pasaras el balón!', se sorprendía Antonio, antes de confesar un cambio de preferencias. 'El que más me gustaba era Iverson [elegido el mejor jugador de la NBA la pasada temporada], pero a partir de ahora me quedo con Garnett'.

No todos salieron tan satisfechos. A Manuel, por ejemplo, también de 14 años, la mañana se le hizo 'un poco aburrida'. Se esperaba otra cosa. 'No sé, algo no tan organizado. Haber estado más cerca de él. Pero, bueno, al menos le he visto jugar en directo'.

La milimétrica organización de la cita y la vigilancia del siempre alerta asistente personal del jugador no dejaron opciones para mucho más. Someter a un campeón olímpico como Garnett, que gana 4.000 millones de pesetas al año desde que en 1998 firmó un contrato de 126 millones de dólares (unos 24.000 millones de pesetas) por seis temporadas, tampoco debe ser fácil. Igual que el jueves rechazó, porque no le gustaba, la espectacular limusina blanca que había reclamado y se conformó con un Mercedes en el que apenas cabía, ayer decidió, 45 minutos antes de lo previsto, que ya era de finalizar su encuentro con los chavales.

Por la megafonía se solicitó una ovación y unos gritos de ánimo -'¡como en Minneápolis!', jalearon-, Garnett posó sonriente para la foto y a las 13.15 desapareció. En eso sí que hizo honor a otro de sus apodos: La Sombra.

Kevin Garnett posa sonriente junto al grupo de 150 chavales con los que compartió un entrenamiento informal en la pista del CN Canoe.
Kevin Garnett posa sonriente junto al grupo de 150 chavales con los que compartió un entrenamiento informal en la pista del CN Canoe.GORKA LEJARCEGI

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