'Somos tolerantes con la inmigración hasta que nos toca en el jardín de casa'
Alfredo Bryce Echenique espera regresar a Perú cuando termine el nuevo libro en el que anda enfrascado. Mientras, conjura los miedos y la desesperanza leyendo, escribiendo y apoyando a futuros escritores como los que participaron en el taller de literatura impartido por él dentro de los cursos de verano de la Universidad Rey Juan Carlos en Aguadulce.
Pregunta. ¿Por qué ha retardado su vuelta a Perú?
Respuesta. Regresé hace dos años. Vendí mi casa y todo lo que tenía y me fui. Lo que ocurre es que te das cuenta de que has sido, por lo menos, exagerado y que podías haber hecho las cosas con menos radicalidad. Ahora, estoy buscando un equilibrio. Mientras viva en Europa siempre echaré de menos Perú, por mucho que sea un infierno por su situación horrorosa de corrupción y violencia. Y cuando esté en Perú, echaré de menos Europa porque recordaré que aquí se está mucho mejor que allá, por mis amigos y por la acogida que he tenido en todos los países en los que he vivido. Mi idea es buscar un equilibrio que puede ser pasar un tiempo allá y otro acá.
P. Trabaja en un nuevo libro.
R. Sí, tengo que buscar algún sitio para encerrarme con una novela que tengo empezada. Me quedaré aquí hasta que la termine. Creo que puede estar lista para Navidad, aunque nunca se puede asegurar. Sólo espero no tardar diez años en escribirla, porque eso sería quizás una forma de confesarme que no quiero volver más a Lima.
P. ¿Es metódico para escribir?
R. Sí. Cada vez necesito más método. Necesito tener un horario, encerrarme, leer mucho y, sobre todo, releer. Cuando estoy escribiendo necesito unos meses de absoluto sosiego.
P. ¿Qué piensa de la inmigración?
R. Creo que siempre somos todos tolerantes hasta que temas como la inmigración nos tocan en el jardín de nuestra casa. Lo de El Ejido me pareció un horror y una cosa llena de hipocresía. Las autoridades trataron el tema con una hipocresía increíble.
P. ¿Cree que España le ha dado la espalda a América Latina?
R. Creo que sí. Ahora todo es empresa. El único interés es que Telefónica o los grupos bancarios ganen plata. Sin embargo, los grupos bancarios han creado una miseria espantosa. Pagan sueldos muy bajos y dan contratos de inestabilidad laboral asegurada. Intentan salirse por la vía de la cultura, con sus fundaciones que organizan exposiciones y todo eso. Pero yo he conocido gente muy buena que ha estado dirigiendo la fundación de Telefónica en Lima y han salido corriendo porque ellos lo que querían era trabajar por amor a la cultura y a su país y se encontraban con que hacían una obra que después era destruida por el comportamiento brutal de una empresa.
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