'El toreo, libro de la vida'
'Hay cosas que uno no aprende en los libros ni en la escuela y que sí me ha enseñado mi profesión y la gente que la rodea', Firme y seguro, Jesulín de Ubrique dice haber madurado dentro y fuera del ruedo. 'Hace cinco años que no iba a Valencia, me quedé fuera de Fallas y tengo que apretar hoy fuerte para las próximas'. Dice con gracejo el de Ubrique: 'Además, tengo muy buenos recuerdos de esa plaza. Ahí triunfé con una corrida de Torrealta en julio y un toro de Charro también en San Jaime y me convertí en triunfador de unas Fallas'. Atrás queda el torero de los récords. En 1995, llegó a vertirse 161 tardes fulminando las 121 que El Cordobés estableció en 1970. 'Sí, eso ya pasó. Yo ya no estoy dispuesto a pasar del ciento, con setenta u ochenta corridas voy bien. El listón lo puse bastante alto; ahora, que sean otros'.
Pero Jesulín, que cortó temporada en 1999, sabe que no ha dejado de ser popular. 'Eso me halaga aunque también hay que saber responder a las indiscreciones. Uno tiene ya tablas y va capeando. Reconozco que, primero por curiosidad, y ahora por simpatía, la gente se comunica conmigo y eso es de agradecer'.
Hoy vuelve a Valencia con nuevo talante, más maduro. 'Llevo desde los 13 años en esto y dentro y fuera de este mundo me han hecho abrir los ojos'.