LOS PRÍNCIPES VIVIRÁN DE SU TRABAJO
La reclamación del hijo pequeño de los reyes de Bélgica, que quiere cobrar tanto como su hermana (44 millones de pesetas netas al año), ha dado paso a un debate que puede terminar con la anulación de la mayoría de las generosas asignaciones que percibe la familia real. El Senado lo verá en octubre próximo, pero de momento, en comisión, la enmienda presentada por el liberal flamenco Jean Marie Dedecker, y aprobada con el apoyo de los ecologistas, prevé que cuando el príncipe Philippe acceda al trono se suspendan todas las asignaciones y éstas sólo se mantengan para el rey y el heredero/a. El presidente del Senado, Armand de Decker, se apresuró a aclarar que tras esta enmienda no se puede ver un ataque a la monarquía o incluso a la unidad de los belgas. Como comentó el senador ecologista Joy Dubié a las televisiones locales, la idea es convertir a la monarquía belga en una institución moderna en la que, como los príncipes escandinavos, los hijos del rey trabajan para ganarse la vida. La monarquía belga, uno de los símbolos más sólidos de la unidad de un país dividido entre flamencos y francófonos, resulta cara. El príncipe heredero, Philippe, que espera el nacimiento de su primer vástago para otoño, cobra 131 millones netos anuales. Su hermana Astrid, 44. La ex reina Fabiola, 202. Son gastos que la ciudadanía no siempre acepta de buen grado, mientras tiene una de las presiones fiscales más altas de la Unión Europea. Con todo, el Gobierno, presidido por el también liberal flamenco Guy Verhofstad, aprobó en mayo pasado asignar un sueldo también a Laurent, que le colocará en plano de igualdad con su hermana Astrid, a pesar de que Laurent es el séptimo en la línea sucesoria. Tras el debate en el Senado, Laurent logrará cobrar dicho sueldo, pero deberá esperar por lo menos hasta octubre para empezar a percibirlo.
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