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El Gobierno investiga si sufren 'trato vejatorio' 10 mujeres de una casa refugio

La directora general de la Mujer de la Comunidad, Asunción Miura, aseguró ayer que ha pedido un informe aclaratorio a la Confederación de Asociaciones Vecinales del Estado Español (CAVE), responsable de la casa refugio para maltratadas donde varias internas han denunciado 'desatención' y 'trato vejatorio'. 'Si vemos que la casa no funciona, tomaremos medidas; pero, en principio, yo no tengo por qué desconfiar de una entidad que regenta este centro desde hace años sin que haya habido problemas', añadió Miura.

Una decena de internas de esta casa refugio (donde viven 20 mujeres y 34 niños, y cuya ubicación es secreta por razones de seguridad) han acudido en los últimos ocho meses al centro del Insalud que las atiende en busca de ayuda. Según el coordinador médico de dicho centro, las mujeres, que acudían dando muestras de un gran malestar, 'decían que la comida era mala y que faltaba limpieza, pero, sobre todo, se quejaban del trato recibido y aseguraban que no se les apoyaba'. Los sanitarios transmitieron las quejas a la gerencia del área 11 del Insalud, y ésta a CAVE y a la Dirección General de la Mujer.

Pero, como nada cambiaba, las internas recurrieron hace dos meses a la Coordinadora de Barrios, una entidad de apoyo a colectivos desfavorecidos que ha interpuesto una denuncia por 'tratos vejatorios, desatención y amenazas' en el juzgado de instrucción número 23. Estas mujeres han acudido también a la fiscalía que investiga el asunto.

Miura explica que las primeras quejas 'fueron por la dieta alimenticia y la CAVE cambió los menús e hizo algunas obras, por lo que no hay desatención material'. 'También dudo mucho de que haya tratos vejatorios en un centro que, durante años, no ha dado queja alguna', añade.

La coordinadora afirma en su denuncia que parte del personal amenaza a las mujeres con quitarles la tutela de sus hijos y con echarlas de la casa. Dice también que, si se niegan a irse, 'se les amenaza con interrumpir la tramitación de un piso social' y que alguna trabajadora les insulta llamándoles 'malas madres', 'inútiles' y 'ladronas'.

El presidente de la CAVE, Fernando Martos, niega las acusaciones y atribuye el malestar a un enfrentamiento entre las trabajadoras de la casa: 'Algunas están usando a las mujeres en sus rencillas con otro sector del personal'. 'No me creo que educadoras con años en el centro se dediquen ahora a amenazar a las internas', añade. CAVE se ha comprometido a aclarar los hechos.

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