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'NADA PERSONAL' / TELE 5
Columna
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Más famoseo

Para sustituir a El informal durante el verano, Tele 5 recurre a Nada personal, un formato similar que, en lugar de ironizar sobre la actualidad, se ceba en lo que hemos dado en llamar temas del corazón. Eso sí: se invierte el género de los presentadores. Si durante el año mandan los tres varones, Javier, Florentino y Félix, mientras que Patricia ejerce de reportera para todo, aquí se confía en Nuria Roca, Llum Barrera y Maribel Casany para lo importante y los marrones de aeropuerto de Barajas y discotequeo silicónico se los come Chema Trujillo.

¿El reparto? Roca interpreta a la mujer comedida, responsable, encantadora y sensata, aunque no sepa pronunciar Llum y diga Jum. Barrera hace de deslenguada despistada y repite algunos de los recursos actorales que ya mostró en Fent amics, de la televisión autonómica catalana. Casany, en cambio, apechuga con el papel de estridente tontorrona convertida en agresión para los tímpanos, un personaje que intenta sacar adelante los chistes que le escriben unos guionistas bastante mal pagados si nos atenemos al opinable nivel del primer día.

Porque, en principio, Nada personal tenía que ser un programa de humor basado en la prensa rosa para construir un espacio de entretenimiento, con sus gags, sus comentarios ocurrentes, su sarcasmo y esos vídeos que suelen denominarse currados para, a veces, disimular la falta de medios y/o de ideas.

El nivel de ironía de Nada personal, sin embargo, es más convencional que, por ejemplo, la que el año pasado capitaneaba Bermúdez, y en esta ambigüedad entre información y sarcasmo gana la partida la primera, con temas que deberían interesarnos y que, para desgracia nuestra, ya han sido machacados hasta el hartazgo por otros espacios de la misma cadena. A saber: el cumpleaños de Froilán, Camila y su absorbente novio, los líos legales del imprudente John-John y, de postre, una procesión de dones y doñas nadie, subproductos de un famoseo en el que la mayoría vive de no hacer nada mientras otros se dedican a vivir de contar cómo viven de la nada para que nosotros podamos reforzar nuestra autoestima ante tanta nada, poderosa, ubicua y, como el universo, en constante expansión.

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