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Reportaje:TOUR 2001 | Décima etapa

El último viaje de Samaranch

El ex presidente regresa a Barcelona y planea publicar un libro de memorias

Juan Antonio Samaranch cambió el lunes de vida al dejar la presidencia del COI. Ayer, el día que cumplió 81 años, regresó de su último viaje sin más cargos que el de presidente de honor y de la Fundación del Museo Olímpico que llevará su nombre. Lo aprobó la Asamblea olímpica, como todo lo que quería el viejo presidente. Las elecciones de Pekín, Rogge y la de su propio hijo como miembro del Comité...

Samaranch regresó en vuelo regular a Lausana, aunque hoy mismo viaja a Barcelona, para volver casi inmediatamente a la sede del COI donde el viernes se despedirá definitivamente del Château de Vidy, su oficina principal de trabajo durante 21 años. Ese día entregará las llaves de la casa a Jacques Rogge, el nuevo presidente, en la ceremonia que terminará con la sucesión. Hasta fin de año podrá seguir utilizando su habitación del hotel Palace, su hogar en la ciudad a orillas del lago Leman. El viernes 27 también estará en el partido de pretemporada que jugará el Real Madrid durante su concentración en Suiza. Pero Barcelona será desde ahora su residencia habitual. Entonces tendrá tiempo para completar sus memorias y publicar un libro.

Samaranch no ha dejado de repetir en estos días de la despedida que es cuando más ha echado de menos a su mujer, Bibí Salichachs, fallecida el pasado mes de septiembre en Barcelona durante los Juegos de Sydney. Ha tenido en todo momento a su hija acompañándole en los últimos actos de las reuniones de Moscú, y ha estado especialmente apoyado en las últimas horas de cambio de poder por una nutrida representación de amigos, sobre todo venidos de su Barcelona natal. En Moscú han estado desde Juan Antonio Gómez Angulo, actual secretario de Estado para el Deporte, hasta otro anterior, Pedro Antonio Martín Marín . Y desde Pasqual Maragall hasta Josep Miquel Abad, ahora director general de Planeta, el hombre clave en el gran éxito de Barcelona 92. A estos nombres sumará Samaranch un libro con más de 300 cartas de amigos españoles que han querido dedicarle unas líneas de homenaje en su despedida.

El ex presidente descansa ya del trabajo acumulado en sus últimos meses al frente del COI. Llegó a la cumbre de Moscú al límite. Precisamente a primeros de febrero, por primera vez en su mandato, no pudo asistir en Dakar (Senegal), a la apertura de las reuniones de la comisión ejecutiva, pues los médicos le desaconsejaron hacerlo a causa de una gripe. Además, tuvo que suspender el viaje que tenía previsto a Guinea Bissau, Togo y tres de los países que visitó en junio, Burundi, Comores y Eritrea. Después, en mayo, la gripe 'oficial' que se argumentó desde el COI para no ir a Seúl fue una excusa para que Un Yong Kim, el candidato surcoreano a sucederle, lo aprovechara como baza electoral.

Ahora, en su marcha ha desvelado que gracias al libro Los señores de los anillos, en el que se vertían durísimas acusaciones contra él y el COI, no dejó la presidencia después de los Juegos de Barcelona. Esa fue la razón que definitivamente le empujó a quedarse. No tanto porque le gustara y le quedaran cosas por hacer, sino 'Para darles en las narices', dice. 'Basta que digan esas mentiras para que siga'. Eso le supuso una revancha y a la vez una manzana envenenada al final cuando tuvo que enfrentarse al escándalo diez años más tarde de lo que hubiera debido, como reconoce. Pero le ha merecido la pena. Al igual que el corredor de una prueba de relevos que consigue enlazar pese a tropezar y casi caerse, le deja a Rogge el testigo de ser la cabeza del COI.

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