Miralles y la tierra de Escocia

A la espera de lo que pueda suceder con la nueva sede central de Gas Natural en Barcelona, cuya construcción parece asegurada, hay cierto consenso en considerar que el Parlamento de Escocia, en Edimburgo, será la gran obra póstuma de Enric Miralles, fallecido hace ahora un año a los 45 años de edad. Este edificio, de hecho, son seis inmuebles distintos unidos entre sí por jardines, pasarelas y pórticos; es una obra muy compleja que resulta difícil de entender sobre el plano incluso para los mismos arquitectos, como puede comprobarse en la también compleja instalación sobre esta obra que se presenta hasta el 31 de agosto en el pabellón Mies van der Rohe de Barcelona. La organización de este homenaje corre a cargo de la Fundación Mies van der Rohe y del Colegio de Arquitectos, entidad que en junio del próximo año dedicará una gran retrospectiva al arquitecto.

Miralles era así, complicado y genial, dicen quienes lo conocían. Muchos de ellos acudieron el martes por la tarde a la inauguración de esta instalación, realizada por su esposa y estrecha colaboradora, Benedetta Tagliabue, que incluye unas 20 maquetas, planos, audiovisuales y también el banco Lungo Mare, que se instalará en Diagonal Mar.

El proyecto del Parlamento de Escocia, que estará acabado en 2003, es muy ambicioso e integra un gran parque en un intento de simbolizar, explica Tagliabue, 'la unión entre el edificio y lo que representa con la tierra de Escocia'. También ha sido un proyecto polémico porque, añade, 'es complicado tener como cliente a un parlamento porque siempre tienes a la oposición en contra'.

Juli Capella cree que es 'la obra más compleja, completa y sugestiva de Miralles, que culmina su deconstructivismo orgánico'. Xavier Costa la considera su obra 'más importante y arriesgada' y Oriol Bohigas piensa que el Parlamento de Escocia es la 'culminación' de la trayectoria de Miralles.