CDC y Unió no hacen caso de la bronca de Pujol y descartan la fusión

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, hizo ayer una visita oficial a Escocia, donde quitó trascendencia a la polémica y atribuyó las réplicas a su discurso al hecho de que el líder de Unió, Josep Antoni Duran, no le había 'escuchado directamente'. En la clausura de la Escuela de Verano de CDC, en Montbrió del Camp (Baix Camp), el domingo, Pujol advirtió en tono trascendente del peligro de 'batallas estériles' que acechan a CiU y de la necesidad de crear una 'única fuerza política'.

Esta expresión, que Pujol repitió en varias ocasiones, se entiende de forma distinta en CDC, partidaria inicialmente de la fusión, y en Unió, formación que aspira a mantener su soberanía.En su discurso, el presidente había exigido también que nadie se guardara cartas, en referencia al líder de Unió, Josep Antoni Duran, aunque sin citarlo expresamente, y puso sobre la mesa las dificultades internas que atraviesa la coalición nacionalista, que antes de que acabe el año debe transformarse en una federación.

Imprecisión

Los dos partidos que integran la coalición hicieron ayer un esfuerzo para recuperar la normalidad después de la tormenta. El portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias, uno de los dirigentes que han negociado los acuerdos en nombre de CDC, matizó que los dos partidos tienen claro que no habrá fusión. En contra de lo que es habitual en la cultura de Convergència, Trias aseguró que Pujol 'probablemente' no se expresó con precisión al utilizar la fórumula de 'única fuerza política', si bien subrayó que sus palabras se habían 'sacado de contexto', informa Efe.

Unió celebró una reunión ordinaria de su comité de gobierno en ausencia de Duran, que sigue en Chile, y sus portavoces -Jordi Casas y Ramon Espadaler- comparecieron después de conocer las palabras de Trias para suscribirlas. Ambos dirigentes disculparon la réplica que Duran hizo el mismo domingo desde Chile atribuyéndola también a un malentendido. 'Trias ha aclarado que una sola fuerza no significa fusión, con lo que las aguas vuelven a bajar claras', afirmó Jordi Casas, quien subrayó que Unió se opondrá a cualquier plan de fusión entre ambas formaciones.

Casas y Espadaler evitaron comentar las advertencias que el presidente de la Generalitat lanzó tanto contra quienes 'se guardan cartas' como contra los que promueven 'batallas estériles' aprovechando que Pujol no citó expresamente a nadie durante su intervención. 'No nos damos por aludidos', afirmó Casas, quien se mostró satisfecho por el proceso preparatorio de la federación y reafirmó la 'lealtad y fidelidad' de su partido hacia CiU.

Tampoco el consejero jefe del Gobierno catalán y secretario general de CDC, Artur Mas, se dio por aludido por las advertencias de Pujol. Eso sí, admitió en declaraciones a Ona Catalana que 'es evidente que entre CDC y Unió hay recelos', aunque se mostró convencido de la voluntad de ambos de 'continuar colaborando'.

Mas descartó la posibilidad de que Pujol renuncie al cargo antes de que acabe la legislatura para facilitarle una mayor proyección, pese a que algunos dirigentes de Convergència lo defienden en privado. El consejero jefe consideró lógico que Pujol no quiera cederle el mando antes de hora: 'No es ésta la decisión que tomó en su momento al nombrarme conseller en cap', afirmó.