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El último sondeo del CIS reafirma que el optimismo económico no se corresponde con la situación política

El último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), presentado ayer por el Gobierno, corroboró que el optimismo con que los españoles califican la situación económica del país no se corresponde ni de lejos con la definición del momento político. Mientras que en la pregunta sobre la valoración de la economía se registra una distancia de 17 puntos entre los que la ven bien y los que la observan mal, ese margen se reduce sólo a dos puntos cuando se cuestiona por el panorama político.

El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, admitió que esos datos podían resultar 'paradógicos' y los interpretó como que los españoles consultados relacionan la gravedad del problema terrorista con la política y la relativa mejoría en materia de empleo con la economía. Sobre terrorismo, precisamente, se constata un repunte 'significativo' de nueve puntos en su consideración como principal problema del país.

Fernández se parapetó tras una catarata estadística para intentar demostrar que esos enormes márgenes de diferencia entre la definición económica y la política no son un hecho esporádico. La encuesta señala que un 31,3% de los preguntados califican la situación económica como buena o muy buena frente a un 14% que la catalogan como mala o muy mala; mientras que un 23,9% valora el momento político frente al 21,5% que lo observa con pesimismo. Este último escenario debería preocupar más al Gobierno si toma en consideración que cuando se interroga por las perspectivas para dentro de un año son más (el 15%) los que opinan que la política irá a peor que los que creen que mejorará (9,9%).

El Gobierno prefirió destacar en este aspecto, en su nota sobre el trabajo del CIS, que un 55% de los encuestados piensa que el estado de la política del próximo año será igual al actual y que los porcentajes tan diferentes entre economía y política se mantienen en esa tendencia hace años.

Fernández relacionó ambas impresiones con las preocupaciones de los españoles. Fue cuando consideró que durante los días en que se efectuó el trabajo de campo de esa encuesta, finales de mayo, se produjeron una serie de atentados con coche bomba de ETA en Logroño y Madrid que repercutieron a la hora de situar de nuevo el terrorismo como principal problema del país para el 75,5%, por encima del paro (63,5%), de la droga y el alcoholismo (19,1%) o de la inmigración (13,9%). El terrorismo recuperó así nueve puntos en un mes mientras que la inmigración ha bajado 17 puntos desde febrero.

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