La policía desarticula dos bandas que mantenían secuestrados a 24 inmigrantes
Algunas de las víctimas, encerradas en una pocilga y en una casa agrícola, no recibían comida
La actividad en la estación de autobuses del municipio almeriense de El Ejido era el pasado domingo similar a la de todos los días. Un grupo de marroquíes se enzarzó en una riña que requirió intervención policial. A partir de ahí se desencadenó una investigación que llevó a los agentes a detener a uno de los grupos mafiosos que extorsionaban a inmigrantes. Los policías descubrieron que el motivo de la disputa en la estación de autobuses eran las discrepancias entre los familiares de un inmigrante secuestrado y los presuntos secuestradores sobre la cantidad a pagar por el rescate.
Esa intervención terminó con la detención de tres marroquíes, presuntos integrantes de una banda organizada de extorsionadores, y con la liberación de ocho inmigrantes que habían permanecido un número de días, aún sin determinar, recluidos en un corral próximo a la urbanización ejidense de Almerimar.
Las ocho personas liberadas por la policía, todos ellos varones marroquíes sin documentación y de edades comprendidas entre 20 y 30 años, fueron halladas en lamentables condiciones físicas, según los agentes. Los inmigrantes indocumentados habían estado recluidos durante días en un recinto abandonado que hace tiempo sirvió para albergar piaras de cerdos.
La generosa y constante presencia de pulgas y mosquitos fue la única compañía que los inmigrantes secuestrados -que dormían en el suelo y sólo recibían una comida diaria- tuvieron durante su cautiverio.
Tras ser liberados, todos manifestaron que habían pagado 190.000 pesetas en Marruecos para conseguir llegar, en una patera, hasta las costas españolas. Salieron de Tánger y llegaron a las playas de Cádiz. Allí se escondieron hasta que las mafias marroquíes les localizaron, les garantizaron el traslado hasta El Ejido y les prometieron un trabajo seguro.
Pero, tras realizar un viaje en autobús hasta El Ejido, los inmigrantes se encontraron con una realidad muy distinta. Las personas que los recibieron eran miembros de una banda organizada que los encerró inmediatamente en un corral para cerdos y que los amenazó con matarlos si sus familiares no pagaban 180.000 pesetas.
La segunda operación policial se produjo gracias a la denuncia de los familiares de uno de los secuestrados y terminó con la detención de ocho marroquíes y la liberación de 16 inmigrantes, también de esta nacionalidad.
Los familiares de dos secuestrados habían abonado 100.000 pesetas. Era la cantidad convenida para liberar a los dos retenidos. Pero una vez que los extorsionadores tuvieron el dinero en su poder, exigieron el pago de otras 100.000 pesetas. Fue entonces cuando, alertados por los familiares de los dos secuestrados, la policía inició una investigación que comenzó en El Ejido y finalizó en el barrio almeriense de La Cañada.
Pago del rescate
La cita para el segundo pago era en un bar de La Cañada. La policía de El Ejido, que colaboraba en esta operación con miembros del grupo de Extranjeros de la Comisaría de Almería, ya llevaba unos días investigando a la presunta banda de secuestradores. Finalmente, el martes, fecha prevista para hacer efectivo el segundo pago, la policía pudo detener a tres marroquíes y liberar a los dos ciudadanos cuyo secuestro había sido denunciado por los familiares extorsionados.
Las investigaciones siguieron su curso y culminaron en la detención de otros cinco marroquíes como presuntos autores de un delito de secuestro y extorsión de inmigrantes.
La policía esperaba rescatar a los dos inmigrantes secuestrados cuya situación había sido denunciada por sus familiares. Sin embargo, cuando continuaron con el caso, se encontraron con que había 14 marroquíes más hacinados en un pequeño cortijo de El Alquián. La vivienda apenas tenía cuarenta metros cuadrados y los secuestrados no recibían alimento alguno. Su único privilegio era salir por la noche durante unos minutos para poder hacer sus necesidades.
A los liberados en esta segunda operación, según declararon, les exigían el pago de entre 200.000 o 250.000 pesetas.
Las redes de tráfico de inmigrantes no se limitan a Almería. La policía de Málaga halló ayer varios documentos falsificados, entre ellos un DNI manipulado y un impreso de solicitud de permiso de trabajo y residencia, en la vivienda de una red dedicada al traslado y ocultación de inmigrantes clandestinos.
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