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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La espantada de Gehry

En estos momentos de estupefacción tras la espantada de Gehry, quisiera hacer una pequeña aportación al asunto del puerto que quizá ayude a salir del impasse. Sugiero la construcción de un edificio con cuatro fachadas diferentes: una sería fiel réplica de Eroski; la segunda, de Continente Rosaleda, la tercera, copia de la estación de autobuses, y la cuarta, de la capilla de la cofradía de la Esperanza.

Con ello, llegaríamos a una síntesis perfecta de las tendencias estilísticas autóctonas y se alcanzaría el consenso entre todos los que ahora están a la greña en esta cuestión. Nuestras fuerzas vivas arquitectónicas locales y los políticos que las contratan -previo rigurosísimo concurso, por supuesto- se sentirán fielmente representados pues todos tendrían su cuota parte que mostrar. Incluso la contrata -previo rigurosísimo concurso, por supuesto- se debiera repartir entre los de cada clan, pues para eso ésta es una ciudad de promotores y constructores.

Bien es cierto que Málaga tiene ya fondos presupuestados para permitirse en sus multimillonarias obras la presencia de un Jean Nouvel, un Koolhas, un Moneo o hasta un Gehry, pero seamos serios, ¿quiénes son estos tíos? No son ni guerristas ni renovadores, ni partidarios de la Villalobos ni de Ramírez, en realidad, no son nadie.

Sigamos, pues, nuestra tradición de arquitectos-conseguidores y olvidémonos de arquitectos-creadores, sean éstos de Málaga o de fuera. Continuemos adjudicando todas las obras a los mismos y por riguroso turno. Pudiendo elegir, como hasta ahora, entre estilos de tanta raigambre como el falso malagueñismo de pastiche y la modernidad interpretada por nuestras propias lumbreras, ¿qué más debate de ideas queremos? Lo contrario son ganas de incordiar y que su parte del pastel se la coman los de fuera. Aunque para ello los que pagamos la tarta, los contribuyentes, tengamos que comer engrudo.

Una última sugerencia si se me permite: entre los muchos y muy respetables usos del futuro edificio, sugiero compatibilizar el de peña con el centro burocrático de siglas incomprensibles, mucho presupuesto y ningún contenido, lo que aunaría en una sola fórmula sintética nuestro verdadero aspecto: el del pelo de la dehesa.

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