Nuevo batacazo de Brasil

Brasil volvió a fracasar. La tradición dice que con entrenador nuevo victoria segura, pero el desastre que arrastra en los últimos tiempos el tetracampeón mundial justamente rompe con cualquier tradición, incluida la de ser la mayor potencia de la historia. Su clasificación para el Mundial peligra como hacía mucho tiempo que no ocurría y eso que del grupo de clasificación suramericano irán a Japón y Corea automáticamente los cuatro primeros. Brasil es ahora sólo cuarta, pero con los mismos puntos que Uruguay, quinta, y con la que ya tiene peor coeficiente, porque no pasó del empate, 1-1, en el partido de Maracaná, en Río de Janeiro. La quinta plaza también permitirá una repesca con Australia, el campeón de Oceanía, pero si ya sería humillante para el actual subcampeón mundial adquirir así el pasaporte, tampoco puede permitirse más descuidos, porque Colombia, el sexto clasificado, está a sólo dos puntos.

Brasil penó por el histórico Centenario de Montevideo y fue incapaz de hilvanar un par de jugadas de calidad en todo el partido. Uruguay, con un fútbol simple, sin alardes, con marcajes más encima para molestar lo justo en un césped donde controlar el balón no es nada fácil, se bastó. Brasil se hundió en la hierba alta de la capital uruguaya, pero más aún porque con el nuevo técnico, Luis Felipe Scolari, sigue con el encefalograma futbolístico plano. Mal servidos, jugadores como Romario, Elber, e incluso más atrás Rivaldo o Roberto Carlos, estuvieron desaparecidos. Fue un suplicio ver a Roque Júnior intentar organizar lo imposible. Apenas Juninho dio un cierto aire fresco al equipo cuando en la segunda parte el equipo brasileño no tuvo más remedio que apretar en busca del gol. Y lo curioso es que estuvo a punto de conseguirlo en un fallo del portero Carini, que blocó un disparo dentro de la portería. Pero ni el árbitro, ni el juez de línea, lo apreciaron.

Y no hubiera sido justo, porque la táctica uruguaya de marcaje, mejor control de balón y contraataques con Darío Silva, Magallanes y Recoba, fue lo único fluido de un partido aburrido. De una gran jugada de Recoba vino el gol. Uruguay fue práctico, con su nuevo técnico Víctor Púa y aunque pasó apuros y nervios al final, aguantó al alicaído Brasil.