Sergio García gana con Woods como testigo
El español logra su primer título estando en liza El Tigre, al que supera por 12 golpes
El torneo Buick Classic ya se encuentra en el fondo de la bolsa de viaje de Sergio García sumando otro éxito a su creciente estadística de triunfos. Un global de 268 golpes, 16 bajo el par del campo, quedaron fijos, inamovibles, en la tarjeta que otorgaba al golfista español la sucesión en el historial de la prueba a Dennis Paulsson y ponía en evidencia a Tiger Woods, 19º con 280 golpes, cuatro bajo par. García conquistó con brillantez su segundo título en el lapso de un mes en el duro y competitivo circuito profesional estadounidense -su primer éxito fue el 20 de mayo en el torneo Colonial, de Texas-. Es la primera ocasión en la que El Niño consigue imponerse en un torneo en el que también participa el californiano Tiger Woods, al que aventajó en 12 golpes. Tanto en Europa como en Estados Unidos la voracidad de Woods había eclipsado la figura del español, que sólo ha podido vencerle en un duelo mano a mano con sabor publicitario celebrado el año pasado en Little Big Horn.
Pero esta vez lo consiguió. Sergio García cantó el triunfo en el mismo escenario -Harrison (Nueva York)- donde la pasada temporada pasó uno de sus peores momentos desde que el año pasado decidiera jugar regularmente en Estados Unidos. El campo de Westchester Country se había mostrado amistoso con él durante tres rondas y en los ocho primeros hoyos de la cuarta. Los últimos diez hoyos le hundieron hasta la tercera plaza. Ayer, Sergio se tomó cumplida revancha y no sólo aguantó el empujón por detrás de Scott Hoch y Stewart Cink -que venía de realizar un magnífico papel en el pasado Open de Estados Unidos- sino que se distanció aún más de ellos en el último recorrido.
El nuevo 'Seve'
Sergio García va dibujando en sus gestos, su alegría por el juego y en su descaro los rasgos que convirtieron en un jugador genial al Severiano Ballesteros de los setenta y los ochenta, el que ganó hasta tres Abiertos Británicos: la hinchada fiel siguiendo su recorrido con exclamaciones de admiración o disgusto, y el desprecio por el monótono tránsito por las calles, de rough en rough hasta el green.
El golpe de magia que tenía reservado el español para esta ocasión fue un magistral toque de aproximación desde la hierba alta que rodeaba el cuidado green del hoyo 7 y que dejó la bola de García junto a la bandera para embocar y asombrar con un eagle. Un gesto que le valió al español los murmullos de admiración del público estadounidense. Un público al que ya traslada en legión de hoyo en hoyo siguiendo sus pasos, bien metido en la bolsa de palos y definitivamente rendido al talento y el descaro del joven español de 21 años.
Tras su gesta en el hoyo 7, el joven de Castellón levantó los brazos al cielo sonriendo en un gesto de alegría más propio de quien anota un gol en un estadio de fútbol que de un serio jugador de golf con pantalones bombachos. Pero ningún espectador se ofendió. La espontaneidad de García ya es patrimonio del circuito americano y el propio Sergio busca la complicidad del séquito que le persigue de bandera en bandera. Su mayor rival durante el transcurso de la prueba, el maduro Scott Hoch, que comenzó la última jornada empatado en lo más alto de la tabla con El Niño, también se rindió a la genialidad de Sergio García y acabó a tres golpes: "Ha sido impresionante. Muy bonito de ver". Hoch apretó al español durante los cuatro días pero desanimado se quejaba amargamente de que "da igual que falle, porque luego lo arregla con un golpe extraordinario y hace un eagle o un birdie".
Cuatro días extraordinarios
Hoch reconoció la superiodad de Garcia y confesó abiertamente: "Yo soy un jugador mucho más limitado". "Nada más ver el balanceo de su swing sabía que que iba a estar cerca", comentó con admiración el estadounidense cuando le preguntaron por el maravilloso approach del hoyo 7 en el recorrido del pasado domingo.
Cuatro días extraordinarios para paliar la desilusión de su hundimiento en la última jornada del Abierto de Estados Unidos disputado hace dos semanas en Southern Hills, cuando se presentó con todas las posibilidades a la última jornada y se desplomó psicológicamente. Entonces, el español aseguró que su aliado para luchar contra el campo sería "la paciencia". Y fracasó. En esta ocasión se dejó guiar por su intuición, por la espontaneidad y gracias a ello ha firmado cuatro tarjetas que valen un torneo: 68, 67, 66 y 67. Siempre venciendo al campo y cada día arañándole un golpe más. El campo de Westchester pide, como casi todos los del circuito americano, un juego seguro con las maderas y un día inspirado con el putter. Lo que no contaba es con la facilidad con la que García, si está inspirado, es capaz de jugar en esa zona agreste en la que nace la Bermuda Grass, esa hierba alta y dura que espera el fallo en los márgenes de las calles y que se parece más a un jardín abandonado que al césped de un campo de golf.
García sabe que ahí, en esa zona sin normas establecidas, es donde puede construir su leyenda. "Soy un jugador nuevo: asumo riesgos, pero también controlo mucho mejor lo que cada campo pide", dijo el joven García hace una semana. En esta ocasión y remando a favor de corriente, todo le salió perfecto. Las dudas que crea El Niño son cuando hay que sostenerse en la fortaleza mental.
1. Sergio García, 268. 2. Scott Hoch (EE UU), 271. 3. Billy Andrade (EE UU), 273. Stewart Cink (EE UU), 273. J. P. Hayes (EE UU), 273. 7. Vijay Singh (Fidji), 274. Brad Faxon (EE UU), 274. 9. R. Allemby (Australia), 275. Russ Cochram (EE UU), 275. 11. Jay Williamson (EE UU), 276. 12. Olin Browne (EE UU), 277. Kevin Sutherland (EE UU), 277. 16. Steve Elkington (EE UU), 279. Craig Parry (Australia), 279. G. Hjerstedt (Sue.), 279. 19. Chris Smith (EE UU), 280. Tiger Woods (EE UU), 280. Paul Azinger (EE UU), 280
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.