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Entrevista:MÚSICO

'He sido una celebridad por hacer música; es decir, por nada'

'El 'rock and roll' necesita representar o reflejar una cultura real'

Este guerrero del rock, de 54 años, es uno de los pocos que han salido casi indemnes de décadas de exceso vital y artístico. Iggy Pop -nacido como James Newell Osterberg en Muskegon, Michigan, en 1947- esquiva a quienes pudieran considerarlo acabado con un combativo disco titulado Beat'em Up!, en el que redunda en las posturas extremas que ya defendiera con sus Stooges a finales de los años sesenta: 'Los Stooges tenían una cultura: estábamos todo el tiempo bebiendo, peleando y haciendo el estúpido... Ahora he tratado de mantener esa energía, pero para hacer algo positivo'.

Según entra en la sala donde va a tener lugar la entrevista, Iggy Pop va diciendo en voz alta en un castellano rudimentario, aunque bien intencionado, y en tono jocoso: '¡Ah, españoles...! ¡Cigarrillos por la mañana!'. Aparece con perilla, un abrigo largo y una cojera apreciable. Le acompaña una despampanante belleza negra que le saca la cabeza. Iggy Pop se muestra amable y divertido, como no queriendo perder nunca su status de eterno adolescente melenudo y travieso con ojos grises que delatan cierta comprensión de la locura. Las palabras en español van brotando con cierto orden y mucho entusiasmo por su boca para, aplicando cierta ironía, hablar de su actual residencia en Miami: 'Es un sitio precioso. Tiene sol, playa y mezcla de todos los tipos humanos posibles: afrocubanos, latinos, gilipollas blancos que van allí a hacer negocios'. Afirma, y su agente puede corroborarlo, estar enamorado de España, a la que incluso ha pensado venirse a vivir: 'Estoy muy interesado. La comida es tan buena... Granada es maravillosa. Últimamente pienso mucho en Estados Unidos y me pregunto si no es un mal paso vivir allí; si no es una especie de obsesión mía con mi propio país'.

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Tomando un espresso y masticando trozos de azúcar moreno, Iggy Pop explica su visión de los VIP, a los que dedica en el disco un tema lleno de intención: 'Yo también me incluyo en esta canción, porque no me gustan los cantantes que critican a los demás manteniéndose al margen. He tenido algo de experiencia con eso. He sido una celebridad por hacer música; es decir, por nada. Muchas veces, gente que jamás me ha oído se ha acercado a mi diciendo: '¡Me encanta tu música!'. Una celebridad siempre está rodeada de mierda, y he conocido a tantas celebridades mucho más grandes que yo...'.

También el fútbol americano está presente en el elepé: 'Alguien en mi compañía de discos me dijo: 'No vendes mucho. Deberías escuchar más la radio contemporánea americana y las grandes emisoras de rock'. Tomé nota, pero, cuando las oí, aluciné. Todas las canciones hablaban sólo de dos cosas: fútbol y tetas. Como sobre tetas ya he hecho unas pocas canciones, pensé escribir una sobre el fútbol'. Pop encuentra un símil entre este deporte y el comportamiento de sus compatriotas: 'Durante todo el día, y especialmente en los bares, en cuanto a relaciones entre hombres y mujeres, todo es como el fútbol. Cuando un chico encuentra a una chica, se hace el duro y después ¡sale corriendo para ligársela y marcar! Los demás le miran y dicen: '¡Guau, es triunfador, tiene dinero y es cool!'. Hay tanta gente que funciona así que me dio que pensar'.

Iggy Pop siente mucho orgullo por la banda que le ha acompañado en su última aventura discográfica: 'Los chicos que colaboran en un álbum mío no tienen por qué ser unos genios musicales. Pueden tocar como idiotas, pero son mis idiotas. El rock and roll necesita representar o reflejar una cultura real, más que un asunto de destreza'.

El bajista del disco, Lloyd Mooseman Roberts, anteriormente en Body Count, falleció en un tiroteo poco después de finalizar la grabación: 'Era un macho muy rockero. Él vivía en el barrio negro Sur Central de Los Ángeles, pero no tenía nada de rap. Era más algo tipo '¡soy rockero!, ¡estoy tomando mi cerveza fría y mi pizza caliente'. Pop mantiene esa actitud de rocker entusiasta, sin renunciar a decir lo que piensa, y reconoce que actuar pegando saltos con su edad 'es algo que necesito hacer algunas veces, aunque no me siento obligado a hacerlo todo el tiempo'.

No presta mucha atención a sus compañeros generacionales de viaje: 'De Lou Reed escuché algunas canciones de su disco Ectasy, pero me pareció que trataban sobre su vida sexual en pareja y, la verdad, a mí no me interesa la vida sexual en pareja de Lou Reed. Tengo la mía propia'. Y le hace tremendamente feliz que su canción Raw power haya servido de soporte musical para los anuncios de una marca deportiva: 'En Europa tú puedes escuchar mi mierda por la radio, pero la mayor parte de mis canciones no han sido excesivamente difundidas en las radios americanas porque son muy difíciles. Pero yo no soy de esos que se rasgan las vestiduras porque su música suene en anuncios de publicidad. Yo sólo digo: '¡Guau! ¡Mis canciones suenan para mucha gente! Eso significa que no estoy tan loco'.

Iggy Pop.
Iggy Pop.

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