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El triunfo de la constancia

El hockey en silla de ruedas atrae cada vez más en Valencia a enfermos de distrofia muscular

Juan Montalbá, estudiante de telecomunicaciones, es una de las estrellas de Los Masclets, el único equipo valenciano de hockey en silla de ruedas eléctrica. Su pericia para dominar el stick, que él maneja con la mano izquierda, resulta admirable. Como resulta admirable el pundonor y la constancia de todos los jugadores de Los Masclets, impulsores de un deporte que despegó en Valencia hace dos años. Los Masclets, por cierto, se impusieron en la segunda edición del trofeo Ciudad de Valencia, disputado el pasado fin de semana en la pista polideportiva de El Cabanyal. Allí, bajo el techo de uralita del pabellón y en un ambiente festivo y alegre, con las dosis justas de competitividad y mucha concordia, Los Masclets se alzaron con el triunfo ante dos equipos catalanes, Els Crackers y Els Dracs. Pero el resultado, qué carajo, era lo de menos. Unos 40 chavales con distintas minusvalías físicas, afectados la mayoría de distrofia y atrofia muscular, fueron los protagonistas de una competición que acogió todo tipo de deportes: baloncesto en silla de ruedas, esgrima en silla de ruedas eléctrica, halterofilia adaptada, tenis de mesa adaptado y goalball para ciegos y deficientes visuales.

Montalbá, tetrapléjico, fue uno de los artífices de la victoria de Los Masclets. Fue el autor de uno de los goles del conjunto valenciano, cuya nónima de jugadores ha ido creciendo desde que se fundó en junio de 1999 de la mano de Ramón Alfaro, el actual presidente del club y uno de los promotores de este deporte en Valencia. Alfaro tiene un hijo, Vicente, afectado de distrofia muscular del tipo Duchenne, una enfermedad genética y degenerativa que provoca que las células de los músculos no se regeneren y mueran. Estos chicos han encontrado en el hockey un aliciente. En la cancha son autónomos. Y esto es la repera para ellos. 'El hockey ha sido un auténtico descubrimiento, tanto para los chavales como para las familias. Muchas de éstas estaban desesperadas. Los chicos no salían de casa. Salir a jugar, entrenar todos los domingos, ha supuesto un acicate para todos. El hockey ha reforzado los lazos familiares; los familiares han aprendido a dejar solos a los chicos', afirma Ramón Alfaro, que rebosa entusiasmo: 'Si les dices a los chavales que un domingo no entrenan se quedan despagados. Cuando salimos fuera a jugar, nos concentramos. Y todo esto ha dado mucha vidilla a los chavales, que están en tensión y tienen una gran ilusión'. La mayoría de afectados de distrofia muscular sufre un grado de minusvalía cercano al 80%.

Alfaro descubrió el hockey en silla de ruedas eléctrica en Barcelona, adonde acudió para someter a su hijo a unas pruebas. En ésas estaba cuando le propusieron lanzar en Valencia un equipo de hockey. La idea le sedujo enseguida. En Barcelona existían Els Crackers, que habían importado las reglas de Holanda, donde el hockey en silla de ruedas está muy asentado. 'Bueno, en Holanda y en casi todos los países del norte de Europa', asegura Antoni Caballero, presidente de Els Crackers, que disponen incluso de una página en Internet (bcncrackers@worldonline.es).

El pasado mes de abril, Els Masclets jugaron en Barcelona un torneo contra Els Crackers y Els Dracs. Y a principios de junio se celebró la Copa Generalitat de hockey, que disputaron cuatro equipos: Masclets, Albacete, Amo de Ontinyent y la Escuela Municipal de Elche. La idea se ha expandido con éxito. 'Ya hay proyectos de equipos en otras comunidades', comenta Alfaro, cuyo hijo Vicente observa atento el encuentro entre su equipo, Los Masclets, y Els Dracs.

'Aquí no importa el resultado. Todos tienen su oportunidad. Ésa es nuestra filosofía', dice Toni Caballero, de Els Crackers, pioneros en España, impulsores del hockey en silla de ruedas en España. Un deporte que gana adeptos y en el que el resultado es secundario. La camaradería entre padres y jugadores lo dice todo.

Dos jugadores de hockey en silla de ruedas, el pasado domingo en el polideportivo del Cabanyal.
Dos jugadores de hockey en silla de ruedas, el pasado domingo en el polideportivo del Cabanyal.SANTIAGO CARREGUÍ

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