Lopera anuncia que pondrá su cargo a disposición de los socios

Pálido al extremo, recién recuperado del desvanecimiento que le sobrevino nada más concluir el partido en el que el Betis certificó su regreso a Primera, Manuel Ruiz de Lopera anunció que no puede más; que piensa seriamente en dejar la presidencia del Betis, a la que llegó en 1992.

No es la primera vez que Lopera se refiere a esta posibilidad, pero ayer, día de fiesta, su reiteración cobró más entidad, aunque muchos piensen que es otra andanada populista de las que acostumbra.

'Ya he dicho muchas veces que estoy muriendo por el Betis', espetó Lopera al ser preguntado si tal decisión se debía a motivos de salud -el desgaste físico del presidente del Betis ha sido notorio en los últimos meses-. 'Se debe a que me he sentido muy solo. He recibido muchas bofetadas por el Betis y estoy cansado', explicaba Lopera, quien sólo concretó que tal decisión la hará pública en una junta extraordinaria de accionistas del club a la que no puso fecha: 'Yo lo cogí cargado de deudas y lo voy a devolver saneado y en Primera porque yo no puedo más. Además, en la asamblea pondré a disposición de los socios mis acciones, tal y como prometí al hacerme cargo del club'.

Para reforzar su afirmación, Lopera ahondó en sus planes: 'No sólo dejaré la presidencia, sino que plantearé la posibilidad de que el nuevo estadio deje de llevar mi nombre'. Lopera, que aseguró haber meditado esta decisión, alegó que la campaña que hay en su contra le había forzado a acelerar tal anuncio.