A otro con ese cuento

No puedo perder mucho más tiempo con el señor Juan Goytisolo, 'el único escritor', como dijo Juan Marsé con tanta gracia como tino en una carta a este diario en 1990, 'al que le gusta sacarse en procesión a sí mismo'. En la respuesta que me dedica el día 13 no hace sino desviar la cuestión (sí, no tengo inconveniente en reconocer que EL PAÍS se excedió amablemente en su atención a aquella crítica sobre mis libros del New York Times, pero yo no la hice traducir), y no quiero darle aún más pretextos para incrementar el número de sus 'autoprocesiones', que en los últimos años no ha ido sino en aumento. Pues lo mismo que en su famoso artículo Vamos a menos no se acordó del importante lance con su tata valenciana, es de suponer que también habrá olvidado la vara que tuvimos que soportar, a la publicación de sus memorias, sobre si lo había o no violado el abuelo y el color de no sé qué vaso infantil, así como sus guarecidos paseos por Sarajevo disfrazado de anuncio de Camel Trophy, sus inacabables garbeos por la muy hollada plaza de Xemaá el Fná e infinidad de relevantes avatares más.

Así -y con esto concluyo este cruce, independientemente de que Goytisolo vuelva a responderme o no-, me limitaré a consignar un hecho que priva de todo crédito a las recientes y machaconamente jaleadas denuncias de este tan puro autor. Una de ellas era 'la endogamia y el amiguismo insoportables', o, en palabras de su entrevistador, 'la sinergia detectada entre las editoriales del Grupo PRISA y las páginas culturales de este diario'. Pues bien, Juan Goytisolo tiene publicados en las editoriales de dicho grupo los siguientes títulos: en Alfaguara, El bosque de las letras, Crónicas sarracinas, La cuarentena, De la Ceca a la Meca, Obra inglesa de Blanco White, Las semanas del jardín, El sitio de los sitios y Las virtudes del pájaro solitario; en Taurus, Disidencias; y, en Aguilar, Cuaderno de Sarajevo, Paisajes de guerra con Chechenia al fondo y Peaje de la vida. Doce obras, si no he contado mal. Supongo que -y cito de nuevo a Marsé- 'su enfermiza manía de que en España no se le reconocen suficientemente sus méritos literarios, se le desdeña y ningunea', quiere hacernos creer que, de entre todos los autores de esas editoriales, él, y sólo él, no se beneficia de los supuestos 'amiguismo insoportable' y 'sinergia' que tanto lo indignan. Vamos hombre, menos lobos, y a otro con ese cuento.-