El Príncipe de Asturias concluye su viaje oficial a Madrid con una visita a las obras del 'metrosur'
Don Felipe tuvo que quitarse el casco porque daba con el techo del tren que iba a la tuneladora
El príncipe de Asturias pasó de los 2.100 metros de altitud (el jueves en el parque de Peñalara) al subsuelo de la ciudad (ayer en Leganés). Hasta allí bajó para visitar, dentro de la última jornada de su viaje oficial a la Comunidad de Madrid, el metrosur. Don Felipe ha mostrado especial interés estos días por la evolución que la región sufrirá en los próximos años. El miércoles se confesó sorprendido por los planes que la Consejería de Obras Públicas ha diseñado para el ensache de Vallecas y la M-45, y ayer se asombró al comprobar el ritmo que llevan la obras del metrosur, que unirán con un túnel en menos de un año los cinco municipios del sur de la región.
Don Felipe se colocó un casco blanco y un guardapolvos del mismo color y descendió a 20 metros de profundidad, donde los obreros de siete constructoras trabajan día y noche en esta ambiciosa obra.
Acompañado por el presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón, el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, y el director de Metro, Manuel Melis, el Príncipe comprobó el trabajo que desarrolla la tuneladora, que se abre paso a través de un anillo de 40,5 kilómetros de longitud sobre el que se construirán 27 estaciones. Un pequeño tren de obra llevó a don Felipe y a sus acompañantes desde la estación de Leganés hasta el punto exacto en que actúa estos días la tuneladora, bautizada como La Chata. Las dimensiones del transporte eran tan reducidas que el Príncipe, próximo a los dos metros de altura, tuvo que quitarse el casco porque daba con el techo del vagón.
Cuando don Felipe llegó ante la tuneladora, Melis dio la orden de que ésta comenzara a funcionar. Así, el Príncipe comprobó en directo cómo actúa esta máquina que ya ha perforado más de dos tercios del túnel que tiene asignado -más de 6,2 kilómetros- a un ritmo de 42 metros por jornada.
Una vez que la tuneladora se abre camino, la superficie ganada a la tierra se fija con dovelas. Don Felipe ajustó ayer uno de los grandes tornillo de estos enclaves.
En la futura estación de Leganés, que recibirá el nombre de Casa del Reloj, el Príncipe estudió unos paneles de información sobre la ampliación del metro en Madrid y su periferia iniciada en 1995, en los que se ofrecían algunos datos como, por ejemplo, que el coste de estas obras es 12 veces menor que en Londres y cinco veces menor que en París y Atenas.
Antes de llegar a las obras del metrosur, don Felipe visitó el Ayuntamiento de Leganés, en cuya plaza vivió el recibimiento más multitudinario de estas cuatro jornadas de su periplo por la Comunidad de Madrid. '¡Felipe de Borbón, sal al balcón', fue el grito coreado por los cientos de ciudadanos que durante muchos minutos aguardaron bajo un fuerte calor para ver al Príncipe.
Reunión con investigadores Con la inauguración de la biblioteca de la Universidad Rey Juan Carlos de Móstoles, en la que estudian más de 9.000 alumnos, comenzó la jornada de don Felipe. Esta nueva visita a la universidad -el miércoles estuvo en la Carlos III de Getafe y en el campus de la Complutense- fue para conocer el estado de la investigación en la región, donde se realiza el 30% del total del país. Allí, el Príncipe se reunió con varios investigadores, entre otros Juan Luis Arsuaga, director de las excavaciones de Atapuerca.
Desde la universidad, la comitiva marchó al Instituto Superior de la Energía (ISE) y el Centro Tecnológico de Repsol YPF, situados en el campus de la misma universidad. En este punto, don Felipe recibió información sobre nuevas tecnologías energéticas y medioambientales, uno de los muchos temas que despiertan su interés. El ISE, promovido por la Fundación Repsol YPF, será el primer centro de posgrado especializado en el sector energético, e impartirá cursos para graduados en universidades españolas y extranjeras.
El último acto de la mañana fue un encuentro en el Cuartel General de las Fuerzas de Acción Rápida, en Campamento, donde saludó a representantes de los tres ejércitos y a las brigadas que conforman las Fuerzas de Acción Rápida (FAR).
A última hora de la tarde, el Príncipe asistió a una recepción oficial en el Palacio Real de Aranjuez, para dar por concluido este viaje a la región, el undécimo que realiza a una comunidad del Estado español.
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