Rafael Herrerías: 'En México el toro se mueve más y se cae mucho menos'

La despedida de Armillita de la Feria de San Isidro y de Las Ventas le trajo a España hace poco más de siete días. Rafael Herrerías, empresario de la Monumental de México, declara: 'Yo soy enemigo de la prensa y de las autoridades'. Con la misma contundencia señala la lacra principal de la fiesta: 'El exceso de reglamentación'.

Habla claro y contundente. 'Es la gente la que debe demandar aquello que prefiere', señala. 'La mayoría es la que tiene que decidir. No una minoría de aficionados o críticos taurinos. Seguro que el público prefiere un toro más pequeño, siempre y cuando tenga trapío y, sobre todo, embista'.

La argumentación de Herrerías se mueve entre dos enemigos a los que combatir: la ausencia de público y el acoso de la prensa. Para solucionar el primer punto, el empresario reclama algo tan prosaico como un reglamento taurino más flexible o, mucho mejor, inexistente. Contra lo segundo, no hay más fórmula que el sentido común: 'Desde hace años faltan en México figuras que tiren de la gente. Es más, las figuras de allá son las misma de acá: El Juli, Pablo Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce. Son figuras importadas y eso no es lo mismo'.

El comentario lo hace poco después de pasar por el hospital La Fraternidad en el que se recupera El Juli de la cornada sufrida el martes y justo en la víspera de la comparecencia de Zotoluco y el picador Efrén Acosta. 'Por ejemplo', retoma el argumento del reglamento, 'en lo que se refiere al tercio de varas, ¿por qué se tiene que dar un número determinado de puyazos? ¿Por qué dar uno en México y dos en España? Es absurdo, se está trabajando con fieras y se pretende hacer arte. ¿Qué sentido tiene ordenarlo todo?'.

El empresario hace extensiva su argumentación a cada tercio de la lidia. 'No tiene sentido que hasta el tiempo que tenga que durar una faena se ponga por escrito'. ¿Quién tiene entonces que determinar lo que diga el reglamento? 'El mundo taurino, pero pensando en la mayoría de la gente, no en los supuestos expertos de la prensa'.

Decididamente, sus mejores amigos no trabajan en los periódicos: 'Hay mucha corrupción en la prensa de mi país. Me acusan de lidiar toros sin los años adecuados. Mentira, todo mentira. ¿Quiénes son ellos para determinar con sólo mirar a un toro la edad que tiene?'. Su indignación, moderada siempre por el buen tono de un hablar pausado, va creciendo. 'Nunca coinciden dos periódicos sobre una misma corrida. Lees 20 periódicos y como si se hubieran lidiado 20 corridas distintas. Es más, dentro de un mismo periódico las opiniones son diferentes'.

Ha visto a Armillita ('¿Por qué en España dan tan poca cancha a los toreros de allá?', se pregunta sin esperar contestación) y hoy verá a Zotoluco y a Acosta. 'Cierto es que el año pasado picó muy bien, pero algún petardo sí que ha dado en México', dice y se ríe para restar grados a lo dicho. 'Es broma'. ¿Cómo se definiría Rafael Herrerías? 'Bien sencillo, empresario, ganadero con dos hierros y enemigo de la prensa y las autoridades'.