Fomento estudia construir el nuevo túnel del AVE por debajo de la calle de Serrano

La necesidad de construir este túnel surgió en 1998, cuando los estudios de los especialistas del Ministerio de Fomento demostraron que la actual galería subterránea que une las estaciones de Chamartín y Atocha se había quedado pequeña para las necesidades del transporte público madrileño. Por el túnel existente pasan diariamente más de 300.000 personas, que son transportadas en casi 500 convoyes. Bajo el paseo de la Castellana transcurren siete líneas de Cercanías, además de los trenes de largo recorrido que pasan bajo la ciudad.

Los informes demuestran, por ejemplo, que el 55% de los viajeros que llegan a la estación de Atocha no acaban allí su recorrido, sino que hacen transbordo. En concreto, un estudio de Renfe recalca que las estaciones de la región están condicionadas por la situación norte-sur, que rige la mayoría de los trazados férreos de Madrid, ya que no existe un eje transversal que permita que un vecino de Tres Cantos pueda ir a San Fernando de Henares sin pasar por Madrid.

El 'túnel de la risa' La galería subterránea que une Chamartín con Atocha, el llamado túnel de la risa (que recibe este nombre porque en 1932, cuando fue proyectado, los madrileños no creían que pudiera construirse), soporta ya demasiado tráfico ferroviario (unos 20 trenes a la hora). Además, con los medios actuales no hay posibilidad de reducir el tiempo de paso entre convoyes para permitir una mayor densidad de tráfico.

Por eso, la única solución para los futuros AVE (a Barcelona y a Valencia) consiste en abrir un nuevo túnel paralelo al actual que permita asumir el incremento del tráfico que se avecina. En un par de años, Madrid estará unido a Valencia y Barcelona mediante nuevos trenes de alta velocidad. Por cuestiones medioambientales, sus líneas férreas deben desembocar obligatoriamente en Atocha (por el norte de la ciudad, los parques regionales y las zonas protegidas impiden que se puedan trazar nuevas líneas que terminen en Chamartín).

Pero los pasajeros de estos futuros convoyes no pueden quedarse exclusivamente en Atocha. Muchos querrán que el tren les deje en Chamartín. Por eso, la unión de ambas estaciones es fundamental. El número de trenes bajo la ciudad podrá así aumentarse de 18 a 30.

Esta nueva galería paralela al túnel de la risa se enfrenta al problema de que la Castellana no puede asumir más infraestructuras subterráneas. La Consejería de Obras Públicas de la Comunidad está construyendo un enorme intercambiador de transportes justo enfrente de Nuevos Ministerios. Además, se está prolongando la línea 8 de Metro que llegará desde el aeropuerto de Barajas hasta Raimundo Fernández Villaverde. Asimismo, el Ministerio de Defensa cuenta con instalaciones subterráneas en la plaza de Cibeles. Bajo el asfalto de esta plaza se encuentra también un aparcamiento. Y por si fuera poco, la plaza de Castilla está cruzada por un gran túnel para coches que permite atravesarla.

Una vía poco horadada Fuentes de la Consejería de Obras Públicas explicaron ayer que 'el subsuelo de Serrano es una de las escasas zonas no demasiado horadadas del centro de la ciudad y, sin duda, el lugar más idóneo para este nuevo túnel, aunque eso debe decidirlo el Ministerio de Fomento', precisaron.

Fuentes del Ayuntamiento de Madrid también sostienen que el lugar ideal para construir el túnel del AVE es por el subsuelo de la calle de Serrano.

Por su parte, el Ministerio de Fomento confirmó ayer que los técnicos han iniciado ya los estudios pertinentes para trazar el túnel bajo la calle de Serrano, aunque todavía no se había tomado una decisión concluyente al respecto.