Un punto menos
El partido socialista pierde un punto en la última encuesta. Ha perdido más: todos los que debería haber recuperado, los del 'empate técnico'. No me resisto a la manía nacional de interpretar resultados, pero tengo la ventaja de ser ajeno al pro y al contra. Primero, la encuesta ha sido hecha en plena campaña electoral vasca, que alteraba notablemente las condiciones de libertad mental del ciudadano y en la cual el partido socialista cayó en la trampa de pactar con el Gobierno salvador. Segundo, en momentos de amenaza nacional, el votante apoya al Gobierno, y este Gobierno provocó la alarma. Tercero, en la encuesta se dice que el primer problema es el terrorismo, lo cual es erróneo, porque hay problemas colectivos mucho más importantes: pero esto demuestra cómo se creó un ambiente falso en el país. Cuarto, los problemas que se abaten sobre España, entre ellos el desastre inflacionista y sus cuestiones adjuntas, como la subida de la gasolina y la caída del euro, no se tienen en cuenta.
No sé si una encuesta que se celebrase ahora, bajo el efecto del desengaño nacional, tendría resultados muy diferentes. Podría ser una caída mayor del PSOE, por haber cubierto la erosión democrática que emprendía el Gobierno, porque esas injusticias pasan en tiempos de guerra -aunque fuera fingida, y contra un enemigo equivocado-, y por haber dejado que Nicolás Redondo se convirtiera en el portavoz nacional del fanatismo; por lo menos, no se ve autocrítica en ese partido, ni dimisiones ni relevos, por seguir la costumbre nacional. Es más fácil dejar la defensa a Aznar y reconocer que se ha perdido por incomprensión, por mala suerte: porque la sociedad vasca 'no está madura', paráfrasis de la que oía de niño: 'España no está madura para la democracia'.
(¿Tenían razón los franquistas? Las clases dirigentes, las clases políticas, no estaban ni están preparadas para la democracia. Ni tienen la menor intención de prepararse. En cuanto al pueblo -'demos'- se hace todo lo posible para que nadie crea que es pueblo. Ah, ayer mismo: un nuevo hombre fuerte dirigirá los servicios de información de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército. Lejos del Parlamento: dependerá del jefe del Gobierno. Espero que no sea Mayor, el hombre que ha llevado a su partido y a la democracia al punto más bajo).
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