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De la Peña dice sentirse engañado en el Barça y anuncia que se va

'Está clarísimo que si se trabaja de esta manera pocas cosas se van a ganar'. Iván de la Peña, futbolista del Barça, rompió ayer su tradicional imagen de docilidad y, por primera vez en su carrera, cuestionó el funcionamiento del club y anunció que quiere irse el 30 de junio. El centrocampista está ahora en el Camp Nou cedido por el Lazio y quiere volver a Roma a cumplir el año que le queda de contrato. La directiva azulgrana, con problemas de liquidez, tampoco estaba dispuesta a pagar 1.200 millones de pesetas para retenerlo. Su marcha se suma a la de Guardiola, que tampoco seguirá en el Barça.

Iván de la Peña encarnó ayer, en apenas unos minutos, toda la falsa ilusión, toda frustración anidada entre la afición, que empezó el año eufórica al sentirse liberada por la marcha de Van Gaal y que ha acabado profundamente desairada. La esperanza de la Copa del Rey no eclipsa nada: el Barça no ha cubierto por ahora el objetivo mínimo de quedar clasificado entre los cuatro primeros -ahora es quinto y está en manos del Valencia- para jugar la próxima temporada la Liga de Campeones.

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Procedente del Lazio, Iván de la Peña fue el último fichaje del verano para mitigar la baja por lesión de Guardiola y la marcha de Xavi a los Juegos. Su contratación fue interpretada por muchos como un gesto populista del presidente Joan Gaspart, padrino del jugador, despedido en su día por Van Gaal. Pero Iván de la Peña no jugó con Serra Ferrer ni tampoco ahora con Carles Rexach, el técnico que, junto a Cruyff, apadrinó en 1997 su ascenso al primer equipo. Posiblemente, a Iván se le ha agotado la paciencia al constatar -'Esperaba jugar bastante más con él'- que no cuenta para Charly.

El centrocampista, que sólo ha sido tres veces titular este año, dijo sentirse 'defraudado' y 'engañado'. Lo Pelat recordó que Serra Ferrer le comunicó en agosto en Amsterdam, cuando el Barça coincidió en el Lazio en el torneo del Ajax, que no le quería. Pero, semanas después, el club rectificó: Gaspart le fichó en una operación relámpago y le garantizó que sería un jugador importante en el equipo. 'Yo no quería ser siempre titular pero sin ese compromiso, yo no habría venido', dijo dolido.

'Se dice que los fichajes no hemos rendido pero no nos han dado la oportunidad de demostrar si éramos buenos o malos'. Alfonso, otro de los fichajes, lamentó también su escaso concurso en el equipo y que Serra Ferrer hubiera apostado siempre más por los nombres que no por la forma de los futbolistas.

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