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Reportaje:

Los actores del éxito

Repaso a la influencia de los jugadores en la consecución del título

Santiago Segurola

No hay año más duro en el deporte profesional que el segundo, y eso se ha hecho evidente con Casillas. No se le ha mirado como al juvenil al que se le perdonan sus defectos -menores en su primera temporada en el Madrid-, sino como al portero obligado a demostrar su categoría en todos los partidos. Su crédito no ha salido dañado, pero ya no es un intocable ni para la gente, ni para la prensa, ni para el entrenador, que lo llevó a la suplencia en los tres últimos partidos. Ha mantenido sus mejores cualidades, especialmente su determinación en el mano a mano, pero ha vivido bajo sospecha en el juego aéreo y en algunas decisiones relacionadas con la colocación. Tiene problemas en el juego con el pie.

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- Salgado. Disputó el puesto a Geremi y consiguió arrebatárselo en la segunda ronda. No hay ninguna novedad con respecto a su estilo: jugador inasequible al desaliento, tenaz, desordenado, de una energía contagiosa que tiene un gran valor en los malos momentos del equipo. Discreto marcador. Débil en el juego aéreo. Acarrea demasiado la pelota cuando ataca. Cierra mucho los espacios a Figo, que necesita lo contrario.

- Hierro. Su mejor temporada en años, sobre todo hasta el último tercio del campeonato, donde pagó la carga de partidos. No es el jugador de físico exuberante de sus primeros tiempos, pero todavía es indispensable por su gran facilidad como pasador. El mejor del Madrid en el juego alto, asignatura pendiente del equipo, especialmente en el aspecto defensivo. Ha marcado su acostumbrada cuota de goles. Sabedor de sus problemas de velocidad, lee el juego de los rivales como nadie. Algunos síntomas hablan del comienzo del crepúsculo.

- Karanka. Silencioso y bastante eficaz acompañante de Hierro. Sus mayores problemas se han producido en los partidos de gran exigencia, donde no ha podido esconder una cierta lentitud. No se ha distinguido por su contundencia, ni por su poderío aéreo, pero ha actuado con regularidad, con un margen escaso de errores.

- Roberto Carlos. Uno de los jugadores del año. Tremenda influencia en el juego del equipo, y muy especialmente en la primera mitad de la temporada. Un ventilador vital para el juego de ataque del Madrid. Heterodoxo como defensa, pero su velocidad le ha permitido corregir casi todas sus deficiencias. Futbolista clave, impagable por su capacidad expansiva. Ningún jugador del fútbol mundial resulta más decisivo desde una posición tan alejada de la portería.

- Figo. Su aportación ha sido fundamental en la conquista del título. Para comprobarlo basta imaginar lo que sería el Madrid sin él: sería un equipo con diez o quince puntos menos. A su extraordinario valor como futbolista añade su carácter simbólico, y de eso puede dar fe el Barça, que no se ha recuperado del impacto que significó su fichaje por el Madrid. Su enorme contribución no significa que no cayera en errores. En ocasiones pagó la fatiga y una tendencia a equivocarse en la elección de las jugadas. Dio la impresión de sufrir un ataque de vanidad tras su designación como mejor jugador del fútbol europeo, pero su temporada ha sido irreprochable.

- Makelele. Contestado en el arranque del campeonato, valorado como pocos en el nudo de la temporada, indeciso en el último tramo. Listo y atento en el juego defensivo, donde ha sido el principal ayudante de los defensa, y muchas veces el único. Sofocó numerosos fuegos en este aspecto. Con la pelota es un jugador de vuelo corto, sin especial habilidad en la distribución, lento para encontrar a los delanteros.

- Helguera. Se puede decir lo mejor y lo peor de él. Tardó en entrar en el equipo, pero su titularidad tuvo un efecto inmediato sobre la vitalidad ofensiva del Madrid. De primeras aceptó sus obligaciones como centrocampista, y el equipo lo celebró con nueve victorias consecutivas. Luego desatendió algunas obligaciones básicas en el aspecto táctico para buscar el gol por encima de todo, con consecuencias lamentables para la estabilidad del equipo. Por lo demás confirmó que es un cabeceador de primera en el ataque, que recupera muy pocos balones para lo que necesita el Madrid, que dispone de un interesante tiro de media distancia y que no se decide a reflexionar sobre su verdadera función.

- McManaman. Jugador con evidentes limitaciones que aprovechó perfectamente su momento después de permanecer en la nevera durante tres meses. No tiene nada especial. Futbolista con buena capacidad para asociarse, de lo que se benefició un equipo con problemas en este aspecto. Da continuidad a la elaboración con decisiones muy sencillas. Rara vez toma riesgos, en buena parte porque no tiene las condiciones para hacerlo. Su valiosa contribución declinó en el último tercio de la Liga. Un favorito del público.

- Raúl. Jugadorazo, pero eso lo sabe casi todo el mundo. Comprende las necesidades del equipo como ninguno. Rara vez se equivoca en sus decisiones para jugar o para rematar. Su instinto no admite comparación en el fútbol español. No sólo ha marcado 22 goles, sino que ha logrado la mayoría de ellos en momentos decisivos, en situaciones muy complicadas para el equipo. El jugador español de la temporada. Y van...

- Guti. Entró como solución de emergencia en el centro de la delantera. Los resultados saltan a la vista: 14 goles, algunos maravillosos, otros cruciales. No es delantero centro, pero como si lo fuese porque sabe jugar como pocos y porque ha aprendido a utilizar los recursos de los goleadores: la mayoría de sus goles han sido a un toque. Un descubrimiento como cabeceador. Probablemente tenga más condiciones que Raúl, pero no dispone ni de su fiebre, ni de su instinto competitivo. A veces dan ganas de preguntarse lo que sería si se tomara el fútbol en serio.

- César. Esperó una oportunidad que parecía imposible. Pero llegó. Y no defraudó. Portero de garantía, sereno, con un buen juego con el pie, más interesado que Casillas en moverse a varios metros de la portería. Falta por medirle en los balones altos, pero funcionó bien en este aspecto frente al Rayo.

- Savio. Tormentosa temporada. Se ha visto examinado siempre, como si nunca se supiera titular, y da la impresión de ser un jugador de carácter frágil, de los que necesitan cariño por toneladas, cosa muy poco asegurada en un equipo con las urgencias y las necesidades del Madrid. Tiene muchas más condiciones que McManaman, pero el inglés aprovechó mejor las suyas. Perdió la titularidad durante cuatro meses y sólo la recuperó en los últimos partidos. Su condición de extremo le perjudica en el Madrid porque supone un desequilibrio en el medio campo.

- Morientes. Atacado por una lesión de pubis, su rendimiento ha estado lejos de lo que cabía esperar.

Los jugadores del Madrid celebran sobre el césped del Bernabéu el título.
Los jugadores del Madrid celebran sobre el césped del Bernabéu el título.RICARDO GUTIÉRREZ

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