Amenazas y miedos del Bayern Múnich
'El tiempo de nuestra sangre está por llegar', proclamó Uli Hoeness hace dos meses. Con ojo marcial, como si se tratase de la puesta a punto de un batallón de choque, el director general del Bayern midió la fuerza del grupo de jugadores que luego derrotarían al Manchester y al Madrid en Liga de Campeones. Según sus cálculos, llegó a la conclusión de que la plantilla había alcanzado el punto exacto de madurez y potencia física: su cénit deportivo. Hoy, dos días después de ganar la Bundesliga, el Bayern se prepara enclaustrado en un hotel de Milán para cerrar una herida que abrió el Manchester en 1999, cuando le arrebató la Copa de Europa en el último minuto de la final del Camp Nou. Debe hacerlo ahora. Porque el tiempo de sus mejores jugadores se está quemando rápido.
Oliver Kahn, Stefan Effenberg y Mehmet Scholl pasan de la treintena. El contrato del capitán, Effenberg, vence el año que viene y Franz Beckenbauer dio señales de desaprobación cuando le preguntaron por la continuidad del jugador. Entre sus sustitutos se estudian dos hombres: Michael Ballack (Bayer Leverkusen) y Esteban Cambiasso (Independiente de Avellaneda), dos jugadores de 23 años. Pero las mayores posibilidades recaen sobre Ballack, puesto que para dirigir al equipo Beckenbauer cree que es casi indispensable saber hablar alemán. El interior derecha Sebastian Deisler (Hertha Berlín), de 21 años, es la otra gran esperanza de los dirigentes del Bayern para completar la renovación.
Jens Jeremies, de 26 años, es una pieza con mayor vida útil en el Bayern. Este medio de acompañamiento sintetiza las virtudes del jugador populista: posee un estado físico admirable y es un competidor aguerrido con capacidad de contagio. Una 'inflamación en la rodilla izquierda' le impedirá jugar la final, según sus declaraciones del domingo. Pero en el Valencia ven con suspicacia este extremo: no es nueva la estratagema de confusión del cuerpo médico del Bayern, muy propenso a exagerar las lesiones para recuperar milagrosamente a los jugadores en el último día. Pasó con Scholl y con el propio Jeremies durante las semifinales.
Un rival incómodo
'Tenemos un cien por cien de posibilidades de ganar la final', ha dicho Ottmar Hitzfeld, el técnico alemán, después de levantar la ensaladera en Hamburgo. Pero en el seno del Bayern sus confesiones son otras. Según fuentes cercanas al club, para Hitzfled el Valencia es el peor equipo con el que se podría cruzar, una especie de réplica fatídica. El Valencia exhibe idénticas respuestas. Y Hitzfled ve esto como un problema: 'El Valencia es un rival muy incómodo porque practica un fútbol muy sobrio y efectivo, y es más difícil de afrontar que el Manchester o el Madrid, dos conjuntos que juegan de forma espectacular, al ataque'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.