Gitanas abriendo camino

La teoría del porompom-pero consiste en declarar: '¡Ay porompom!, yo no soy racista, porompom. Pero...'. Y tras el pero dices por ejemplo que los gitanos no quieren integrarse y crían gallinas en el váter. La teoría de las puertas de empero es una variación, esta vez, por ejemplo, aplicada a los catalanes. En este caso deberás decir: 'Yo no tengo nada en contra de los catalanes, pero... nunca pagan y son más cerrados que las puertas'.

En fin, la teoría del porompom-pero se puede aplicar a cualquier colectivo con mala prensa (los militares, los franceses, los de Barcelona, etcétera).

Llamar a alguien gitano puede que un día fuera un insulto, pero hoy, por suerte, es un piropo. '¡Gitana!', le gritan a la Niña Pastori. Vale que a Els Pets cuando salen al escenario nadie les grita 'catalans, més que catalans!' en plan halago, pero al tiempo.

Curso de peluquería para gitanas catalanas, con fin de fiesta de tocados en directo en Otto Zutz

Esto viene a cuento porque mis cincuenta mejores amigas y yo fuimos el martes pasado por la noche a ver un desfile de peluquería en la discoteca Otto Zutz. El acto fue mediático porque las modelos eran amateurs, y sobre todo, las que las peinaban eran gitanas catalanas que habían hecho un cursillo de formación profesional. Les deseamos a todas que encuentren trabajo.

Veamos: los centros de enseñanza de peluquería C & C Llongueras y Surt Associació de Dones per la Inserció Laboral ofrecían el curso, que se llamaba Gitanas abriendo camino. Además el desfile estaba (pongamos que enmarcado) dentro de La nit J, que celebraba la concejalía de Juventud. Y ya, el acto en concreto se llamaba Romi 21 (Mujer gitana 21).

Allí estaba la concejal de Juventud, Imma Moraleda, con su asesora. Conocemos a la asesora porque no nos perdíamos un programa de sexo que hacía en COM Ràdio (siempre es agradable saber que hay alguien que sabe más posturas que tú). Pero Carme Freixa (la asesora) es asesora en materia de juventud, no en la otra materia. Sabemos que es asesora porque vino a nosotras y nos dijo: 'Soy asesora'. Y además hizo un gesto encantador: sacó una tarjeta suya y en una esquina nos apuntó su móvil. ¡Qué importantes nos sentimos!

Antes de que empezara el desfile, subimos al piso de arriba, a los camerinos, a ver qué se cocía. La dominanta que siempre encuentras entre las bambalinas de cualquier desfile (ya sea la pasarela Gaudí o el final de curso del parvulario Bambi) gritaba lo de siempre: '¡A ver! ¡Las que no (me) sean modelos o peluqueras que se (me) vayan, por favor!'. Mis amigas y yo, en plan obediente, nos disponíamos a desaparecer, aunque tenemos cuerpo de modelos (de tallas grandes, vale ¿y qué?). Pero luego vino otra organizadora (ésta hacía de policía buena) y nos rescató: 'Ni se os ocurra salir', nos advirtió, 'que están los pétalos ya puestos'.

'¿También son gitanas las que desfilan?', le preguntamos a una que pasaba por allí. Nos miró con infinita condescendencia y se dispuso a educar a las 51 ignorantes que tenía delante. 'A ver', explicó, 'seguramente lo que os pasa es que tenéis un estereotipo en la cabeza (que, como todo estereotipo, es falso), porque aquí hay muchas gitanas, aunque, obviamente, no las distinguís de las payas, evidentemente porque son como vosotras. ¿O es que os creéis que no hay gitanas rubias?, ¿eh?'. Una de las modelos, la joven Dolores Amador, nos solucionó la duda. 'Algunas de las que desfilamos somos gitanas. Nos distinguiréis porque somos las que llevamos el pelo largo y bonito'. Je, je, era verdad.

Para entender algo más, nos leímos un papel que nos dieron, con los objetivos del curso. Ya suponíamos que no serían 20 páginas hablando de mechas y permanentes de rizo gordo, pero habría estado bien, porque en un mundo sin ética sólo nos queda la estética. Para que vean cómo se redacta un programa, les copiamos el punto 1. Vean, vean: '1) La elaboración del marco conceptual y metodologías: una de las primeras cosas que nos planteamos al empezar a trabajar es la definición de algunos conceptos claves para crear un marco común de trabajo y una perspectiva al trabajar conceptos como cultura, raza, etnia, pueblo gitano, interculturalidad, integración, género, etcétera'.

Dolores Amador, la de antes, nos contó que eso de los 'conceptos claves', el 'marco común', el 'marco conceptual' y la 'interculturalidad' quiere decir que cada uno tiene sus costumbres y peculiaridades. Y que es importante que las gitanas accedan al mundo laboral.

Después empezó el desfile y fue muy bonito. Todas peinan muy bien. Un señor llamado Gonzalo Casanova, que es director de los centros C &C, presentaba el acto. La mayoría de las madres presentes le confundieron con el peluquero Llongueras, pero es que estaba afónico y se afeita la barba igual. '¡Ese don Llongueras es un príncipe!', nos susurró una.

Mientras las peluqueras hacían su trabajo, en directo, él repetía una consigna: 'Ha sido enriquecedor conocer parte de la cultura gitana, ¡yo he quedado muy enriquecido!'. Sonaba a anuncio de caldo de ave, pero ya se entendió.

Y luego, seguramente con la mejor intención, dijo lo sigiente: 'Es curioso: cuando entro en la escuela de peluquería, las que llevan el uniforme más limpio... son las gitanas'.

Hubo tímidos aplausos. No era el momento de empezar un debate, sino de beberse el cubata de un trago, como una medicina. '¡Qué simpático eres!', nos entraron ganas de decirle, 'no pareces catalán'.