El impacto ambiental de alejar la producción eléctrica del lugar de consumo

En Cataluña, el 73% de la energia producida en régimen ordinario se genera en las comarcas de Tarragona, mientras que el 62% del consumo se concentra en la región metropolitana de Barcelona. Esta falta de coincidencia geográfica entre las zonas productoras y las zonas consumidoras obliga a que existan 100.000 kilómetros de líneas eléctricas en Cataluña, una longitud suficiente para dar 2,5 veces la vuelta a la Tierra siguiendo el ecuador.

El sistema de producción y de consumo energético catalán no se caracteriza por ser un modelo de integración territorial. Bien al contrario, existe una segregación nítida entre las áreas de producción y las zonas de consumo, unidas entre sí por una enorme maraña de líneas eléctricas. Las nuevas instalaciones previstas, como las centrales térmicas de ciclo combinado y los parques eólicos, no van a variar de forma ostensible esta situación, sino que continúan manteniendo el papel de Tarragona como zona productora de la energía que se consume, básicamente en Barcelona.

La producción bruta de energía en Cataluña, en régimen ordinario, alcanzó 32.900 millones de kilovatios hora en el año 1999. El 73% de esta cantidad se produce en las comarcas de Tarragona, concretamente en las centrales nucleares de Vandellòs, Ascó I y Ascó II, que suman 23.500 millones de kilovatios hora de producción bruta, y en los embalses de Riba-roja y Flix, con unos 650 millones de kilovatios hora.

A estas cantidades, hay que añadir la producción del llamado régimen especial (básicamente cogeneración y energía eólica), que aporta unos 6.600 millones de kilovatios hora a la red eléctrica. La falta de datos disponibles sobre su distribución territorial no permite un cálculo exacto, pero la proporción de potencia instalada en Tarragona (31%) posibilita estimar que la contribución de esta provincia al total de energía producida por todos los conceptos (régimen ordinario y especial) puede situarse sobre el 66%.

No toda la energía, sin embargo, se produce en las comarcas del sur de Tarragona. El Pirineo concentra una buena parte de las 360 explotaciones hidráulicas catalanas. Sólo en las seis comarcas colindantes de Francia, desde la Vall d'Aran hasta el Ripollès, se ubican 123, un tercio del total, con dos explotaciones principales en el Estany Gento y en Tavescan. A pesar del alto número de instalaciones, la energía hidráulica supone en Cataluña un modesto 18% de la producción bruta. Por su parte, la zona litoral central, quizá la única de Cataluña que es a la vez área de producción y de consumo, reúne las centrales térmicas de Sant Adrià, el Besòs y Cubelles, que totalizan una producción de 1.800 millones de kilovatios hora.

Respecto al consumo de energía, la distribución territorial es muy distinta. Fuentes de Fecsa-Endesa informan de que el 62% del consumo de Cataluña se centra en sólo siete comarcas, correspondientes al área metropolitana de Barcelona en su sentido amplio: Barcelonès, Vallès Occidental, Vallès Oriental, Maresme, Garraf, Alt Penedès y Baix Llobregat, mientras que todas las comarcas de Tarragona juntas representan sólo el 15% del consumo eléctrico de la compañía.

Las nuevas instalaciones productoras de energía previstas no corregirán sustancialmente esta asimetría territorial. Por una parte, se prevé que la mayoría de parques eólicos se implanten en las comarcas de Tarragona. El primer proyecto de mapa presentado por la Generalitat así lo reconocía al afirmar literalmente: 'Es obvio que la zona de mayor potencial eólico corresponde a las crestas montañosas y, en especial, a las zonas del Cap de Creus, la cordillera prelitoral de las comarcas de Tarragona y las tierras del Ebro'. Todos los parques eólicos que preveía el primer proyecto en Cataluña estaba previsto que produjeran en su conjunto entre 2.400 y 3.600 millones de kilovatios hora.

Por otra parte, están en marcha al menos cinco proyectos para construir nuevas centrales térmicas de ciclo combinado, de las que tres podrían ubicarse en las comarcas de Tarragona. Se trata de dos centrales de 400 megavatios cada una que Gas Natural quiere establecer en L'Hospitalet de l'Infant (Baix Camp), así como de dos grupos, también de 400 megavatios cada uno, que se construirán en el entorno industrial de la ciudad de Tarragona por parte de RWE e Iberdrola, cuya tramitación está muy avanzada.

Finalmente, ya en los alrededores de la ciudad de Barcelona, se pretende instalar otros dos grupos de 400 megavatios en el área del Besòs, cuya declaración de impacto ambiental ya ha sido aprobada. Sin embargo, estas nuevas centrales del Besòs no se sumarán a las existentes, sino que sustituirán a las actuales, ya obsoletas y superadas.